LA CUCARACHITA FELIZ
Dios creó a todos los animalitos
y dentro de todos ellos
creó a las cucarachitas.
Pero la cucarachita de nuestra historia
sí, que de verdad,
era una loca cucarachita,
una cucarachita loca
de verdad.
Cuando alguien la veía
Ella siempre decía:
“Voy a ser feliz”
“Voy a ser feliz”
Y aun los animalitos
que con ella convivían
cada vez le repetían:
“¡Oh! Asquerosa y despreciable alimaña.
¿No te das cuenta que hasta los niños,
seres amorosos por naturaleza,
aplastan a tus hermanas
a zapatazo limpio?
Y, ¿cómo los hombres,
seres destructores por excelencia,
utilizando armas,
cada vez más mortíferas
eliminan a tus congéneres
por cientos, por miles, por millones.
y todavía te atreves a repetir
y a repetir y a repetir
que vas a ser feliz?
Y la cucarachita no se inmutaba,
seguía y seguía repitiendo:
“Voy a ser feliz”
“Voy a ser feliz”
Y pasó el tiempo, y el tiempo pasó.
Y pasaron los años, y los años pasaron.
y también los siglos pasaron.
Cuando de pronto la tierra
empezó a convulsionar,
vinieron los terremotos,
surgieron los maremotos,
los viento y los huracanes
y erupcionaban volcanes,
y la tierra se destruía.
Mientras la humanidad sufría
por mortales y horrendas guerras
y los hombres morían por millones
hasta que de vida poco quedó
sobre la tierra.
Entonces la cucarachita loca
surgió de las tinieblas
y de las tinieblas surgió,
acompañada de miles
y miles de hermanitas
gritó con todas las fuerzas
que su cuerpito le podía ofrecer:
“Ahora soy feliz, soy feliz, soy feliz”
Quien haya comprendido esta historia,
fácilmente entenderá
que muchas veces,
ante las dificultades,
en un simple vasito de agua,
nos queremos ahogar.