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LA HISTORIA DE DAVID

Había una vez un pequeño niño llamado David, qué le gustaba ver las estrellas y la luna qué se observaban a través de su ventana.

Yo quería alcanzar las estrellas para ponerlas de adorno en mi cuarto, pero era muy, pero muy difícil tomarlas.

Entonces decidí hacer una nave espacial que llegara hasta la luna y de ahí recoger las estrellas una por una.

Cuando empecé a hacer mi cohete me di cuenta que le faltaba algo, algo que lo empujara hacia arriba y que siguiera volando durante un tiempo.

Recordé, qué en la gaveta de mamá habían unos globos y los agarré, y le pedí a mi papá que me los inflara.

También, necesitaba un traje espacial con un casco como Buzz Layer, para ser iguales a los hombres de la luna. Entonces le pedí a mi mamá que me prestara papel brillante para el traje y con una caja me hiciera un lindo casco espacial.

Cuando terminé de colocarme el traje, me metí dentro de mi nave y dije: A la una..... a las dos...... y a las tres...... esperando que despegara, pero nunca despegó.

Me puse triste, no sabia que hacer, después de tanto trabajo... ¿qué dirían los hombres de la luna, a lo mejor estarían esperándome y como decirles que no llegaría?....

Fui donde papá y le conté sobre mi sueño. El me aclaró varias cosas, que en realidad nadie a alcanzado las estrellas, que los hombres de la luna no existían y llegar a ella, solo señores grandes lo habían hecho.

No sabía qué hacer, me acosté un rato en mi nave espacial y tomé a Buzz para qué me acompañara, y al poco tiempo.... sentí que me elevaba.

No podía creer qué estuviera volando en mi cohete, tenía un poco de frío pero miedo no, porque mi papá me había enseñado a no tener miedo.

Durante todo el recorrido pude ver de cerca las hermosas estrellas y mi muñeco, no sé como, pero podía moverse y observaba el espacio a través de la ventana.

Al llegar a la luna me dí cuenta que mi papá estaba equivocado, si existían hombres en la luna, pero eran tan pequeños que me imaginó, que papá necesitaba los lentes para verlos, por esa razón dijo que no los habían visto.

Jamás me imaginé ver de tan lejos a mi mamá y a papá, y si supieran donde estaba, no me lo creerían.

Me recosté en un lado de la luna y empecé a recoger las estrellas, pero me dí cuenta que cuando las metía en la bolsa, las estrellas se ponían muy triste, porque pensaban que no regresarían a casa, y como todas eran iguales decidí dejarlas en el mismo lugar.

Pero no podía negar que estaba viviendo lo que nadie había vivido. Mi pequeño amigo me acompañaba a todas partes y observaba muy feliz todo el recorrido....

Volvimos Buzz y yo a casa, no supimos exactamente como, pero volvimos.

Mi mamá estaba tratando de levantarme. Seguramente los hombrecitos de la luna nos mandaron de vuelta antes de que papi y mami se dieran cuenta.

Cuando me levanté, ví que todo estaba exactamente igual y mi muñeco volvió a ser el Buzz de antes, pero yo ya no era el mismo, se cumplió mi sueño de ir a la luna y tocar las estrellas.

Sé que seria injusto romper las creencias de mi papá, que los hombres de la luna no existen, y que nadie a tocado las hermosas estrellas, pero, para el próximo viaje lo llevaré conmigo y sus lentes de ver de cerca.
Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Alejandro Dìaz Valero
invitado-Alejandro Dìaz Valero 03-04-2003 00:00:00

Felicitaciones, este cuento es un sencillo tributo a la inocencia con alta dósis de obediencia que ningún niño debiera perder. Felicitaciones, buen cuento.

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