Era un mundo de monos. Había una manada de macacos pequeños, juguetones y tranquilos que se alimentaban de un árbol que contenía en sí todas las virtudes de todas las plantas.
Ese portentoso árbol producía cualquier fruta que existiera y los macacos se iban nutriendo con despreocupación.
Eso fue así hasta que un nefasto día apareció por el lugar una familia de chimpancés que al ver el prodigio que allí se daba, decidió apropiarse del árbol por medio de la fuerza.
Se comían y malgastaban las frutas y amenazaban con violencia a los pobres macacos que no podían hacerles frente dada la diferencia de tamaño y fortaleza.
Los macacos vivían en el miedo y el abuso.
Conclusión: La ley del más fuerte es contraria a la razón y por tanto inolerable.
Al cabo de unos años llegaron a esa zona una familia de gorilas y se percataron del estado de las cosas.
No se podía consentir que esa tiranía siguiera adelante. Los gorilas propinaron una buena paliza a los chimpancés y éstos huyeron de allí.
Entonces los gorilas reunieron a los macacos y el líder de la familia les dijo:
-Aquí nunca más habrán agresiones. Vosotros teneis derecho a vivir del árbol porque está en vuestra patria y eso es lo justo. Pero si no lo podeis defender ni administrar, estais expuestos a que los violentos vuelvan. Por tanto lo ideal será que nosotros los poderosos gorilas nos hagamos cargo de él.
El trato es el siguiente: Los macacos construireis una fortaleza con casas para todos, allanareis caminos, dotareis de infraestrucuras a la ciudad, y en definitiva trabajareis para nosotros. A cambio los gorilas os defenderemos, crearemos un estado libre y os daremos a cada cual según sus méritos. Y para que nada falle ni se extralimite, aprobaremos unas leyes y normas que sean las garantes de que el estatus alcanzado no se pueda poner en peligro.
Conclusión: La ley del más rico, poderoso o influyente, ¿es distinta a la anterior?.
En la primera hay violencia física, en la segunda no. Por lo tanto la ley del más fuerte se debe desterrar del planeta, de eso no hay duda.
Pero la ley del más rico no es en esencia menos indigna que la otra, eso a poco que se piense está bien claro. Porque si ellos mismos se hacen las leyes y si la ley no mide a todos por igual, ya está todo dicho.
Conclusión: ¿Por qué es algo execrable que yo le ponga una navaja en el cuello al presidente del consejo de administración de una entidad bancaria y le robe la cartera, y no lo es que el sistema bancario y financiero multinacional nos exprima a todos los macacos hasta la última gota de sudor, sin que podamos defendernos de eso porque además es perfectamente legal.?
Resultado: Siempre están los chimpancés o los gorilas abusando de los macacos.
Nota final: Si esto lo lee un macaco, sabrá que es cierto pero creerá que no puede hacer gran cosa.
Si lo lee un gorila también sabrá que no miento, pero le dará lo mismo.
Y si lo lee un chimpancé será un milagro.
Tal vez nunca pase que los macacos tengan por fin lo que les pertenece. Sólo eso. No más.