Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno beeeep sonó el timbre de tiro. Hugo no hizo el tiro de la victoria. Fue abucheado por todo el estadio. Perdió 116-117.

Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno ti tit ti tit sonó su reloj marcando las 10:00 a.m. Hugo no contestó nada de su examen. Cuando se lo entregaron sacó un lindo 5, sus papás le pegaron como nunca. Se sintió terriblemente mal.

Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno pip pip piiip se oyó el horno de microondas señalando que algo se estaba quemando. Hugo no sacó la sopa que había dejado dentro. Pasaron tres meses y no la sacó. No sabía donde habitaba.

Definitivamente Hugo no estaba en este mundo, se sentía tan mal desde que su novia lo había cortado. La quería mucho. Lo peor de todo no fue que lo cortara el 14 de febrero, ni que lo hizo frente a todo el grupo, sino que lo hizo por su hermano.

Estaba solo, de eso no había duda, completamente solo, sus notas en la escuela iban de mal en peor, pero esto tenía que terminar.
Llegando de la escuela sabía que su papá y su mamá estaban en el teatro apreciando la obra de “Contratiempo”, su hermana en su convivio tonto con niñitos tontos y para terminar su hermano en la disco con la ahora novia de Jaime ¡Oh cuanto sufría Hugo sin Paola!
Fue a su escritorio, tomó un cutter, se subió a la azotea, se subió al tinaco, se subió a la antena, donde nada ni nadie pudiera estorbarle la vista hacia el cielo y ahí estaba, la luna en su máximo esplendor, hermosa como Paola…

…Agarró el cutter. No tenía ya nada que ver en este mundo, se había dado cuenta que estaba llorando, no tenía que explicarse porque lo hacía, su única salida fue cortarse las venas, esperar a que se desangrara y morir, su última palabra fue “Paola”…

¡No escribas mamadas pendejo! –Le dijo Hugo a su Jaime cuando el primero leía el diario hermano.
-¡Cómo crees que Paola pelaría a un imbécil como tu! ¡Ya ni chingas! –Comentó Hugo

Hugo no sabía que este 14 de febrero Paola tenía algo que decirle, algo que lo iba a hacer que no estuviera en este mundo, algo que su última palabra fuera “Paola”


©HUGO ANGEL CERVANTES MARTINEZ