Mi corazón ha sido herido mortalmente con un sucio y afilado estilete. Las desoladoras grietas expulsan una fétida secreción que va contaminando todo mi ser, brotando de mis ojos el flujo carmesí que continúa encharcando mi inmundo organismo. El silencio me anega de reproches, me habla de alucinaciones quebradas. Siempre tuve pánico al amor hasta que tú acariciaste mi alma. Pero los días se hicieron noches perpetuas y mi suerte se extinguió como luna eclipsada. Se agotó tu aliento sobre mi cuello. Me dejaste desnudo y sin identidad, vacante ante la nada, inerte ante la vida.

por Michael_Funes