Melina, nunca olvidará ese uno de Julio...
Tal vez, porque jamás pueda volver el tiempo atrás o porque nunca sentirá aquel amor de juventud que un día llevaba dentro si saberlo y la luna la conquistó.
Me pediste que te escribiera un cuento, pero no sabía cómo empezarlo.. así que me dediqué a relatar todo lo que salió de mi cabeza una noche de Julio.
Marcos, siempre había estado enamorado de Melina y como dicen que el tiempo lo cura todo ( soberana mentira), en ese tiempo, él nunca pudo olvidar a esa niña de pelo moreno y ojos de carbón. El tiempo, no curó su enfermedad, sólo hizo que cada día estuviera más loco por ella.
Así que un buen día, Marcos decidió realizar un conjuro para atrapar a Melina por siempre. Consultó al mejor brujo de la Edetania y éste le aconsejó que sólo había una forma de conseguir a un ser amado y era... deseando con fuerza que fuera suyo.
Marcos estaba muy desolado porque eso era lo que llevaba haciendo toda una vida y nada había logrado, así que sólo le pidió a la luna que Melina se fijara en él.
Años han llovido desde entonces, y años hace de ese uno de julio que Melina fue suya y que la luna los observa. Marcos, no necesitó poderes, ni brujería, ni magia... sólo tiempo, eso que dicen que lo cura todo.
Pero los tres sabemos que el tiempo no cura nada, sólo hace sangrar mucho más la herida. Ojalá todas las heridas sean igual de dulces que ésta, ojalá sean como los ojos de la luna.