Me gusta caminar de noche cuando ha llovido y se reflejan en los charcos las farolas con la luna.
Oir mis pasos solos, resonar en un alrededor dormido, fantaseando mil historias y eligiendo una cada noche para mí.
Hola, luna, ¿sigues ahí colgada?. Casualmente pasaba por aquí y me dije: voy a visitarla un rato.
Sí, ya sé lo que piensas. Que paso muy a menudo, casualmente.
Pero, es que el mundo cambia pòr las noches, no es lo mismo, se calla un poco, se queda quieto y deja vivir. Y estás tú, luna, que te luce más la luz a a su propio dueño. Porque en eso estamos, tú no la quieres para acapararla toda. Tomas la justa para vestirte, la que mejor te sienta. El resto, que se la quede el sol avaricioso al que su avaricia mata, pues ni contemplar se puede.

Ay, cuando pienso en el dia en que fue un astronauta a profanarte, es que me sublevo.
¿Qué buscaría allí el hombre ese.? ¿Minerales, gases, o tal vez serrín para su cerebro?.
¿Qué te creías, le diría, que la luna es una piedra?. Ridículo humanillo. Más ridículo aun metido en ese envoltorio como una gran salchicha industrial.

Ese tipo de gente no sabe que la luna está hecha de lo que yo quiera, porque yo la hice y es mía. Mía y de muchos más que se la hicieron ellos particular y distinta.
Y ni tiene oro, ni uranio, ni nada de eso.
La luna es de papeles amarillos, de retales de poemas, de mentiras para adultos y de cuentos para niños.
Luna cursi, hechicera de parejas a la antigua, que sonríe ante el movimiento de los setos cuando no sopla brisa alguna.
Luna que debió marcharse aquel funesto dia y dejarnos bien plantados.
A ver dónde aparcaban esos tíos su nave.

Luna, voy a contarte lo que pasó ese dia en una buhardilla de la ciudad más grande de la Tierra:

Había un muchacho escribiendo una poesía, o una carta de amor, o no sé.
A algunos jóvenes poco robustos les da de vez en cuando por ahí. Yo lo he hecho.
Bueno, pues estaba él imaginándote a su medida y exponiendo allí su pellejo introvertido, cuando pasó lo que pasó.

Escribía:
"Para tí mi gratitud, luna querida, que celando mi reposo, te me ofreces cómplice si me ves solo. Y que germinaste en mí, niño estéril y asolado, tu lunatismo placentero, para por sendas de plata guiar mis sueños.
Mágica luna, de valor sin límites, que osas cada noche en tu inmóvil vuelo, abrirle brecha a la infinitud del cielo.
Y en insomnes horas, como éstas en que te escribo, frente a los cristales me siento y te miro.
Luna, ¿qué tendrás escondido atrás a oscuras y con qué celo?. Ay quién fuera capaz de irse contigo para...
...Pero, ¿ qué está haciendo ese cabrón?. !Eh,tú, pedazo de imbécil!. !¿Qué coño haces encima de la luna?!. !Ya te estás bajando ahora mismo!.
Me cago en sus muertos.¿Será posible?. !Ahí va la hostia!. !¿Qué quieres, pisarme los sueños, cagarte en los antiguos poetas?!. !¿Acaso pretendes que todas las parejas del parque, cuando se cojan las manos y unan sus mejillas susurrando promesas eternas, miren hacia el cielo y vean a la luna de los románticos, contigo subido en ella?!.
!¿Es eso lo que deseas, cretino, que a partir de ahora los novios se enamoren bajo la luz de tu tonto culo?!. Esto ya es para morirse, a lo que hemos llegado...
!Ojalá te explote el casco en la cabeza y se disperse por el universo toda la mierda que lleva dentro!...."


El chico en cuestión, no volvió a escribir en su vida; prefirió arreciar su físico y dejarse de mariconadas.
Bueno, luna, si me descuido, nos va a amanecer aquí. Me marcho, hasta la próxima. Yo te seguiré visitando cuando pueda, que no tengo problemas de hombría.