La canción del pordiosero
Sentado en los escalones de la casa de gobierno de una perdida ciudad latinoamericana, un hombre desgarbado, con sucia vestimenta tendía su mano lastimosa hacia la gente que rápidamente entraba y salía del recinto.
Dadle al pobre pendejo
Del sobrante lo que queda
Dadme que vengo de lejos
Una mísera moneda.
Los burócratas vestidos con trajes muy costosos evitaban con asco a aquel incomodo visitante, si es que podía llamársele así, era el pordiosero más residente que cualquiera de los que por obligación por allí transitaban. El sol le veía llegar temprano en la mañana, y la oscura noche ponía fin a su jornada, y durante la prolongación del día, el pobre infortunado así cantaba.
Dadle al pobre pendejo
Del sobrante lo que queda
Dadme que vengo de lejos
Una mísera moneda.
No importa que sea pequeña
Con cualquier cosa yo como
Dame de lo que te sobra
Dadlo que yo lo tomo.
A veces un ruido profundo y quejumbroso salía del vientre del pordiosero, entonces apuraba su canto y con fuerza batía la pequeña lata en la que recogía del colectivo su plusvalía, si, era riqueza lo que recibía si se comparaba con las horas de hambre que a veces eran su única compañía
Del sobrante que te queda
Una mísera moneda
Es todo lo que yo pido
Que me la de aquel que pueda
Y ya oscura la noche, el pordiosero caminaba desandando sus pasos, con miedo en el rostro y hambre en la barriga, miedo de los depredadores nocturnos que más de una vez le habían golpeado hasta hacerle probar su propia sangre para robarle la miseria ganada con su canción de la tristeza, entonces el fruto de su verguenza se convertía en droga o pega para satisfacer a los buitres de la noche.
Así vive el pordiosero esperando la visita temprana o tardía de la dama de los huesos,la vieja que viste de negro, la amiga de la oscuridad. Pero hasta entonces, mientras tenga fuerzas cantará.
Dadle al pobre pendejo
Del sobrante lo que queda
Dadme que vengo de lejos
Una mísera moneda.
No importa que sea pequeña
Con cualquier cosa yo como
Dame de lo que te sobra
Dadlo que yo lo tomo
Del sobrante que te queda
Una mísera moneda
Es todo lo que yo pido
Que me la de aquel que pueda
Aquel que no tiene nada No pide mucha riqueza Pide sólo una limosna Para aplacar su pereza. Verdaderamente Eddy, eres un gran escritor y tienes el arte de imprimir las imágenes del sentimiento. Te felicitol.