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La Encrucijada

El hombre miraba al este, mientras el viento enredaba sus cabellos encanecidos. Sin embargo su mirada perdida veia mas alla del horizonte. Su piel palida, sus manos manchadas con el contacto de innumerables substancias y alcalis lo delataban como uno de esos extraños practicantes del arte de la alquimia. El guardia de la torre lo miraba de reojo, con con un temor superticioso. El hombre no debia estar ahi, pero habia curado a su hijo y era buena persona, sin embargo estas visitas diarias a la torre le sugerian un ritual o algo misterioso, sus ojos sencillos no podian ver el dolor interno que llenaba el alma de el sabio.

El viento soplaba suavemente, mientras el sol se ocultaba en las montañas, pero todo esto pasaba desapercibido a Calinico. El sonido lejano de mil campanas llamando al angelus tampoco lo perturbo. Ni siquiera percibia la tensión en el ambiente, esa tensiòn que solo puede haber cuando una ciudad esta condenada a muerte y lo unico que se desconoce es la fecha de la ejecuciòn. Solo la pesada mano del guardia lo saco de sus pensamientos. -Señor, por favor, debe irse, pronto vendra mi relevo y no deben encontrarlo aqui. Calinico dudo un instante y sonrio al ver la preocupacion en la cara ancha y tostada del guardia, este honrado soldado no comprendia lo que pasaba a su alrededor, tal vez si conociera sus pensamientos lo atravezaria inmediatamente con su espada y llamaria a la ciudad para que lo quemara. Pero la aprension y el temor en la cara del guardia, lo conmovieron. -¿Como sigue tu hijo?. -Señor, ya esta corriendo con los demas niños. Esos polvos de la tumba de San Nereo y las oraciones que me indico son milagrosas, pero no le dije al padre Miguel que usted me las habia dado, el lo ve con malos ojos. - No te preocupes, yo se que el padre Miguel es buena persona, pero hay cosas que el no puede ver, debes estar tranquilo puesto que no has hecho ningun mal al consultarme. Si tu hijo enferma de nuevo, no dudes en llamarme. Calinico se despidio mientras sonreia para si mismo, ese guardia nunca sabria realmente en que consistian esos polvos y los "padres nuestros" que le habia pedido rezar no le harian ningun daño a nadie.

Entonces Calinico sintio el frio aire de la tarde y cerro su tunica, era hora de retirarse, su audiencia con el gran eunuco era mañana, tenia poco tiempo para decidir, asi que se dirigio a su casa perdido en su meditaciòn. ¿Que habia mas alla del occidente?, Roma, Grecia, Pars, Londinium, las Galias. Las tierras donde antes habia residido el poder y que pronto serian barridas como hojas ante el viento. Sin embargo su corazon no lograba apiadarse del destino de unos barbaros desconocidos. Sin darse cuenta se habia dirigido a la biblioteca imperial y al ver su obscura mole en la penumbra, pensò, cuanta sabiduria hay encerrada aqui, y aunque se me permitiera tener acceso toda, seguramente ninguno de los antiguos maestros me podria ayudar. Platon, Aristoteles, Pitagoras, quien de ustedes tiene la clave del destino. Pero no, ninguno de esos paganos se conmoveria por el fin del cristianismo. Asi que Calinico entro a su casa y se dispuso a pasar una larga noche.

Entre tanto en las afueras de la ciudad de Constantinopla, miles de fuegos de un ejercito invasor que se preparaba a descanzar, se encendian, asi, en la ciudad se sintio un respiro de alivio, como un condenado a muerte que sabe que su ejecuciòn a sido aplazada un dia mas.

Al dia siguiente cuando Calinico cruzo el gran salon, ni siquiera tuvo que hacer antesala. Conforme avanzaba entre los peticionarios que siempre abarrotaban la sala, algunos lo veian con un temor supersticioso. Calinico sonrio, parecia que sus compañeros alquimistas habian hecho ya su trabajo, no era necesario conocer los rumores que habian hecho correr, pero sabia que le serian utiles. Detras de Calinico venia su hijo y su ayudante, seguido por varios cargadores, con grandes cofres, llenos de misteriosos grabados. El eunuco que lo guiaba, volteaba a verlo con recelo, no entendia como este misterioso extranjero habia logrado pasar por encima de otros peticionarios de mayor alcurnia y fortuna.

Pronto estuvo en el salon, y se encontro con un ser de facciones redondas y suaves. A pesar del desprecio que le inspiraban los eunucos, Calinicio no pudo menos que apreciar el intenso destello que habia detras de esos ojos, que parecian completamente fuera de lugar en esa cara lisa y algo infantil. Aqui habia inteligencia, Calinico sabia de antemano que esta audiencia era mas importante que incluso ver al emperador, pero al ver esos ojos inquietos supo por que, este era el cerebro oculto que en realidad dirigia al imperio. Entonces ese personaje hablo con una voz chillante, y una entonacion de superioridad perfectamente calculada para sacar de quicio . Asi que este es el barbaro egipcio que dice que nos puede salvar. Que clase de magia tienes, extraño. ¿Como se que no eres un pagano que nos quiere destruir.?

Calinicio no pudo menos que observar que a pesar de esas palabras de desprecio, el eunuco no dejaba de ver con curiosidad los cofres. Este era una persona que no necesitaria muchas pañabras para convencerse, pero necesitaba llevar la representación hasta el final. Hizo una señal a sus ayudantes para que abrieran los cofres, y hablo, con una voz mas grave de los normal, como una forma de contrastar con la voz chillona del eunuco.

"No necesito magia, ni hechiceria solo la sabiduria de las sabios antiguos. Ellos nos enseñaron que todos los elementos estan hechos de cuatro elementos, agua, aire, tierra y fuego. Durante muchos años los sabios que la gente llama alquimistas han buscado como convertir los materiales pobres en materiales nobles. Si a un material pobre que es solo tierra, le aumentamos su fuego elemental, obtendras oro".

La audiencia salto ligeramente al escuchar esa palabra magica, sin duda ya antes habia oido algo similar, de multidud de ilusos que creian haber descubierto ese secreto, pero aun asi les inquietaba. Calinico no pudo evitar disfrutar ese momento. Entretanto sus ayudantes habia sacado unos primorosos modelos de barcos, identicos a las naves musulmanas que se encontraban ancladas al otro lado del Bosforo, y las fueron colocando para que flotaran en el pequeño estanque que habia en el salon. Esperaba que la gente las apreciara pues le habia costado casi todo su oro para mandarlas a construir.

Despues de una dramatica pausa, Calinico continuo: "En esa busqueda yo descubri algo que tal vez sea mas valioso que el oro, y es como extraer el fuego del agua...."

En ese momento el hijo de Calinico coloco un extraño aparato con formas extrañas que tenia una cabeza de dragon, Calinico bajo con fuerza una palanca, y de la boca del Dragon salio un delgado chorro de un liquido que parecia aceite, al contacto con el agua, siseo y estallo en llamas, parecia vivo, el liquido ardiente avanso y rodeo con sus miembro de fuego, devorando los hermosos modelos de naves que se encontraban en el estanque, mientras tanto, IIluminada por las amarillentas flamas, estaba la cara palida y llena de temor del Gran Eunuco.

Esa noche, Calinico no fue a las murallas. De alguna manera, la gente habia oido que algo sobrenatural habia ocurrido en la audiencia, y todos se apartaban de su paso, atras de el percibio unos pasos furtivos. Seguramente de ahora en adelante, siempre habria alguien siguiendolo para saber algo mas sobre el. Al regresar a su casa, habia algo en su expresion que hizo que su hijo le hablara. 'Padre, que pasa, la audiencia fue un exito, viste sus caras, aun deben estar temblando. -Lo se, pronto nos llamaran para ir a ver al emperador, creo que el gran Eunuco, comprendio que en nuestra unica oportunidad de sobrevivir, entonces , cuando decida ayudarnos, tendremos que buscar los materiales por toda la ciudad, y construir y fabricar en el mayor secreto posible, hijo, pero eso no me preocupa. Es lo que suceda despues lo que me preocupa. Si cae esta ciudad, las fuerzas del Islam invadiran europa. Ningun reino de estas tierrras tiene el poder suficiente de detener ese ejercito. Seria el fin de nuestra ciencia, nuestra religion, de nuestra sabiduria. Cierto que hay sabios musulmanes, pero estan tan llenos de religion, que tal vez decidan borrar con todo. ' Pero padre, si tenemos exito, la ciudad esta salvada, y con nuestra arma el cristianismo sera invencible. Calinico miro a su hijo con profunda tristeza, y dijo.- Desgraciadamente tambien eso me preocupa, recuerdas lo que le sucedio a Hipatia y a la biblioteda de Alejandria que estaba a su cargo, esa muerte y esa destrucciòn fueron en nombre de Jesus, todos los antiguos centros de sabiduria estan siendo destruidos por esos sacerdotes que temen que la gente aprenda, inluso aqui, la antigua sabiduria esta encerrada dentro de las bibliotecas, pues no dejan que nadie las consulte. 'Padre nos pueden oir, no hables asi, yo soy cristiano, que tienes en contra de Cristo. ' - No, no estoy en contra de tu Jesus. Sus palabras me parecen hermosas, pero no entiendo toda esa discusion de que si es dios, o semejante a dios o hijo de dios, por la que sus sacerdotes parecen estar dispuestos a extrangularse mutuamente, en parte es eso lo que me da temor. Tu Jesus hablaba de amor, de tolerancia y estos sacerdotes solo tiene odio hacia quien no piensa como ellos, incluso a los que adoran a su mismo dios pero que no se lo imaginan igual. Alla afuera, tenemos un ejercito que tambien cree en Jesus, pero que esta dispuesto a aniquilarnos en nombre del mismo dios. Hijo mio, temo que el salvar esta ciudad le de a esta gente el poder de conquistar y destruir a todo el que no piense como ellos. Que pueden hacer con sus arcos y flechas contra el horror que he creado. ' Padre, Puedes hacer jurar al emperador que solo se usara en contra de los paganos.- Tambien tu, hijo, no has prestado atencion a lo que digo. Recuerda que tu tambien consideras al Obispo de Roma como un pagano. No, he decidido que nadie mas sabra la formula, deseo que este horror muera conmigo. Pronto podremos acabar con la amenaza que nos rodea. Pero no quiero que halla mas muertes...
Datos del Cuento
  • Categoría: Mitológicos
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