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La Estrella

Una estrella muy alta que había en el firmamento parecía que alumbraba muy poquito, pero no era cierto. Aquella estrella que tan lejos se divisaba, era una estrella muy iluminada. Aquella estrella estaba cuajada como de lindas esmeraldas, aquella estrella parecía que tenía templanza, era una estrella tan bonita que daba placer mirarla, arrobado yo me quedaba.
 
Parecía que alumbraba poco porque era discreta y no le gustaba alardear de su potencia. Pero yo a pesar de su discreción, supe ver cuanto valía, ella me enamoro. Aquella estrellita era un bombón, dulce y sabrosa pero no empalagosa.
 
Su brillantez yo supe ver y ella accedió gozosa a que yo la mirase más de una vez. Era una estrella placentera, cautivaba y por eso aunque muy alta estaba, yo me acerque a ella para mirarla.
 
Ella me miraba de soslayo, en su mirada una sonrisa. Ella me hacía enternecer y la consideraba mía. Mía aunque no podía tocarla, mía nada más que para mirarla, con eso me conformaba. Yo no pedía más, solo poder mirarla
 
Pero un buen día la estrella me miro de frente y me dijo: “Hola, ¿por qué eres tan prudente? Acércate más, tu me puedes tocar, no soy de cristal, no voy a romperme, soy fuerte, aparento poquita cosa, pero es que así es mi figura, te agradezco que tu me hallas visto hermosa, hermosa no soy, ya ves, mas bien poquita cosa.
 
Pero yo entusiasmado de que ella me hubiese hablado, me puse a su lado, me acerque tanto que su luz me dejo cegado, ya no supe ver más que por ella, ella su protección me había dado, era así de desprendida, era una esmeralda pulida lo que yo había encontrado.

Seguimos el camino juntos, porque yo a su lado me sentía feliz y amparado, ella sabia darme lo que siempre me había faltado. Continuamos caminando cogidos de la mano y subimos más alto de donde yo la había encontrado.
 
Allí hizo visible su encanto, la estrella que yo había visto tan alta era una serrana como no había ninguna en la sierra de Guadarrama.
 
Capricho yo tuve de mirarla como si fuese una estrella porque yo la veía muy alta y me parecía difícil a mí alcanzarla. Pero el destino quiso que con mi gran amor, yo la cautivara
 
Solución: El amor dado con entrega es lo mejor
Datos del Cuento
  • Categoría: Sin Clasificar
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