A veces las fantasías pueden realizarse y dejar un mensaje, toque de humor. y algo más.....

- Buenos días Simón, ¿qué te trae por aquí?

- He venido a ver el país que liberté y a buscar mi hermoso caballo blanco, porque quiero pasear por los Campos de Carabobo.

- Pero Simón, estamos en Caracas eso te tomaría muchos días.

- ¿Porqué, hay guerra?

- No Simón, sino que queda muy lejos.

- ¿Cuantos días en caballo?

- Unos tres a cuatro días aproximadamente.

- Eso está bien, no hay problema.

- Pero Simón, se puede llegar en dos horas si tú quieres.

- ¿Cómo? Estas loca.

- No, podemos utilizar un carro.

- Carro, será carruaje y eso no va tan rápido como un caballo.

- No Simón, los carros son armazones de hierro que tienen cuatro ruedas y un motor que funciona con gasolina.

- Vamos pues, después buscaré mi caballo.

Simón se montó en el carro con mucho temor, tocando los asientos, sintiendo su textura, observo a través de los vidrios, marcó su boca y sus manos en la ventana.

- Jamás imaginé que una cosa así existiría.

Cuando se me ocurrió prender el motor, Simón saltó del carro y desenvainó su espada.

- No Simón, no pasa nada eso que escuchaste es el motor.

Muy desconfiado se volvió a montar en el carro y cuando por fin arranqué, se le saltaron los ojos y por poco arranca los asientos del carro.

- Simón tranquilo.

Poco a poco se fue calmando y cuando vio tantos carros en la calle se sorprendió, pero le gustó la idea de saber que el carro no se enfermaba como su caballo. Al llegar al semáforo escucho:

- Dios mío mira esas luciérnagas de color rojo.

- No, eso que viste es un semáforo que son luces que permiten controlar el tráfico de diferentes calles a la vez.

- Mira esos niños en ese lugar llamado M’ donald se los está tragando un monstruo, para el carro, para el carro déjame salvarlos.

- Simón cálmate, eso que vez ahí es un parque de diversiones para niños, los norteamericanos trajeron este tipo de diversión a nuestro país, muchas cosas han cambiado desde hace cientos de años.

- Pero que pasó con los juegos nacionales: Los caballitos de madera, el gurrufío, la rueda, eran las grandes diversiones de mi época. No existe esas diversiones en la educación nacional, el enseñarles lo nuestro a nuestros hijos.......Hay un pensamiento mío que dice que mi único amor siempre ha sido el de la patria y seguirá siendo así, no estoy en contra de lo externo pero hay que preservar lo nuestro.

En eso enciendo la radio del carro

- Que ocurre, que es eso ¿tienes una caja de música?

- No Simón es la radio, que es un sistema eléctrico del carro que trasmite música y noticias.

Simón comienza como niño chiquito a tocar todos los botones de la radio hasta que se le ocurrió poner el máximo volumen.

- Dios mío que ocurre, se ha enojado conmigo.

- No, pusiste el volumen al máximo y por eso se escuchaba distorsionado.

Acomodo el volumen y se comienza se empieza escuchar la voz del locutor, el cual anuncia como a uno de los candidatos presidenciales le están lanzando tomates y provocando todo tipo de agresión, al rato no se escucha más nada (cerraron el programa).

- Que sucedió pregunto Simón.

- Cortaron la programación de la emisora.

- Pero no existe libertad de expresión, hay un pensamiento que dice, la violencia de la fuerza arrastra consigo los principios de su propia destrucción...

Mientras íbamos en camino, Simón me empezó a contar que en su regreso del tiempo y que el futuro que esperaba debía ser muy superior a su pasado, y yo le conté sobre la soberanía del pueblo. Y él, antes de la llegada al campo de Carabobo cerró diciendo uno de sus grandes pensamientos: Las buenas costumbres y no la fuerza, son las columnas de las leyes, y el ejercicio de la justicia es él, ejercicio de la libertad.

Por fin llegamos a la autopista y comienzo a acelerar, Simón consigue bajar la ventana y saca la cabeza y se queda sin respiración, vuelve a meter la cabeza y pregunta...

- ¿No tendrás un papagayo?, Porque con esta velocidad podríamos volar uno muy alto.

- Simón desde un carro no puedes volar papagayos, no está permitido.

- ¿quién té lo prohíbe, El gobernador?

- No Simón, policías que son los hombres encargados de que se cumplan las leyes.

Por fin, llegamos al Campo de Carabobo, Simón se sorprendió de como se encontraba y me contó sobre todos aquellos hombres que lucharon por nuestra independencia y sobre su gran sueño de que cesen los partidos y se consolide la unión para bajar tranquilo al sepulcro.

A lo lejos del campo de batalla surge una imagen que se va acercando se observa una silueta de caballo, era el caballo de Simón.

Simón se subió en él y se despidió diciendo:
- Ojalá que esto que me mostraste cambie y que el sueño de democracia, libertad, moral y educación esté presente muy pronto…