Cuenta la historia que en un pueblo de cuyo nombre si me acuerdo, pues se llama Campoalegre, se realizaría una gran maraton de sapos. Si una gran carrera de sapitos. Se abrieron las inscripciones y muchos, pero muchos sapos se inscribieron para ésta gran carrera.Muchos de éstos sapitos habían entrenado durante meses, pues querian ganar ésta gran maraton.
El recorrido ya estaba trazado. Saldría la carrera en el parque principal del pueblo, allí frente a la iglesia, las autoridades municipales darían la salida de la gran carrera, seguiria por la avenida principal que rodea al pueblo hasta la salida que conduce a La Constancia, otro pueblo vecino, de allí se devuelven por la calle del "Esfuerzo", hasta llegar a la estanción del tren, en donde se encuentra una torre, que los competidores tendran que subir pues en la cima se encuentra el premio al que llegue primero hasta allí. Un gran premio: UN MILLÓN DE DÓLARES. El recorrido total de la carrera era de 30 kilómetros y saldría el domigo 5 de enero a las 11:00 a.m.Sobra decir que el clima en éste pueblo es caliente, pues el sol calienta en qué forma!
LLegó el día señalado, muchos sapos llegaron muy temprano para hacer algo de calentamiento, la verdad es que la gente comenzó a burlarse de los sapos, a ridiculizarlos; les gritaban que no sería capaces de correr, que no podrían terminar la carrera, en fin les gritaban de todo! Había un grupo de personas que por los altoparlantes cantaban: No podran, son incapaces.
A las 11 de la mañana todo estaba listo; se dió la largada, todos los sapitos comenzaron a correr, a poner todo su empeño; pero la gente al lado de la vía seguían gritando: no pueden, no podran, sapos inútiles; no pueden, no podran sapos inútiles, y les tiraban agua en la cara para hacerlos caer.
Pero la carrera seguía y el sol comenzó a calentar con mayor fuerza y ésto hacía estragos en la resistencia de los sapitos y muchos se fueron rezagando y como la gente seguía desanimándolos éstos optaron por retirase de la carrera.
La verdad es que muchos sapos se retiraron, pero en la punta de la competencia quedaban unos pocos sapitos, que seguían corriendo con dificultad a pesar de que mucha gente les hacia estorbo.
Cuando ya llegaban a la estación del tren, un sapito tomó la delantera y llegó hasta la torre; toda la gente comenzó a gritar con más fuerza: No podrá subir, no podrá subir, es un inútil, no puede, y hacian la ola para burlarse del pobre sapito. El sapito los miró y comenzó a subir, subía un poco, se resbalaba otro poco, volvía a subir con gran esfuerzo, pero continuaba subiendo.
Cuando llegaron otros sapitos hasta la torre y al oir las burlas de la gente y mirar hacia arriba de desidieron retirarse. Pero nuestro héroe continuó subiendo hasta alcanzar la cima. Cuando lo hizo, la gente que lo miraba desde abajo, comenzó a gritar y aplaudir al sapito ganador. Éste bajó con su premio, inmediatamente todos querian entrevistarlo, todos querian abrazarlo y felicitarlo y que les contara su aventura. La televisión nacional decidió hacerle la entrevista y le hicieron la primera pregunta: Cómo hizo para seguir adelante en la carrera si todo estaba en contra suya, el clima el cansancio y sobre todo la gente que le gritaban que no podría ganar, que no podría subir, que siempre estuvo en contra suya, cómo hizo?
El sapito los miró y se puso a reir, pero no pudo contestar porque era sordo.

Moraleja: En nuestra vida siempre vamos a encontrar gente que nos desanima, gente que siempre estará en contra nuestra, hagamos lo que hagamos; pero que al obtener un triunfo vendran a felicitarnos. No nos confiemos, hagamos oidos sordos a ellos, no les contestemos y sigamos adelante.