El huerto le parece muy oscuro apenas distingue los árboles que hay por allí, se encuentra cansado, pero sigue caminando. Camina sin rumbo, la vida no es fácil de ser vivida, muchos porqué se le aglutinan en el cerebro son más que las pocas respuestas que ha encontrado... Dolor , hambre, violencia, supremacía, poder, dinero, ambición; cuántos porqué! En cada esquina surge uno nuevo, cada paso es un sufrir: ahora una madre ve morir en sus brazos a un hijo, ora un juez da libertad a un traficante mientras cuenta el dinero ganado por su “generosidad”.
El rumbo no existe para él, en donde posa su vista encuentra la podredumbre, la gangrena que ha seccionado el corazón pudriendo su mejor parte hasta llegar a convertirlo en el lobo de su raza. Los hijos contra los padres, hogares mal conformados por el “me casé por un error maldito” y el error maldito ya pide que comer. Vuelve la cara a otro lugar, un hombre recolectando mujeres para prostituirlas, más allá otros cazando a hombres de color para venderlos como mercadería y al frente los de siempre, los que le ponen alas a los sueños de los más pobres prometiéndoles grandes tesoros, jurando que son intachables, que si quieren gobernar es por su más alto sentido de sensibilidad social, lloran en los mítines, pero en realidad ríen en sus alcobas.
Qué raro es ser hombre! Su Padre le pidió que se haga como uno de ellos. No lo entendió, pero como buen Hijo es obediente. Ahora está en Getsemaní ¡Solo! Al final de su aventura está comprendiendo, ser hombre no es raro, lo raro es encontrar entre la muchedumbre alguien que quiera serlo. Ahora comprende: el hombre es lo mejor que se hizo durante la creación. El hombre no es ése que devora a su semejante, el hombre es el que lucha por la libertad, la igualdad, la superación, el amor. El hombre es aquél que se realiza haciendo de su prójimo un gigante a través de la educación, el arte, la política, la economía. Ahora es posible amarlo hasta dar la vida por él y no hay mayor demostración al amor que esta generosidad.
Estuvo llorando, sufriendo por su futuro, pero fue en un segundo que lo entendió, fue como un rayo que iluminó las tinieblas de su temor : “ Al hombre no hay que admirarlo, al hombre hay que experimentarlo” ¡Sí! El no-hombre debe volver a ser hombre, el que ha desviado el camino debe volver a retomarlo. ¡ Qué hermosa tarea la que su Padre le ha encomendado! Se levanta el huerto le parece más iluminado, los que lo acompañan duermen ajenos a su lucha, los ve y vuelve a pensar en lo que es ser hombre. Los vuelve a mirar piensa de nuevo en sí mismo ¿Qué viene ahora? La traición, la negación, la pasión, la cruz, la muerte. Está sereno, ya no hay temor. Él que es el mismo AMOR está por demostrar al hombre como se ama de verdad. Va a sufrir y sin embargo no se queja. Nada externo va a cambiar , igual lo van a traicionar, lo mismo padecerá y lo crucificarán, pero ya no se lamenta. Cambió Él, cierta satisfacción le calienta el corazón, oye unos pasos y murmullos, ve unas luces de antorchas que se acercan, todo está por empezar. “ Pues que vengan, ya los he visto, no huiré” se dijo en voz baja. Pudo haber huido, pero se quedó. Nada externo iba a cambiar, sólo cambio Él , pero eso ES todo.
muchas gracias por esas palabras amiga Carla, espero sigas leyendo las cosas que seguire escribiendo por este portal