Caminé temprano
estaba oscuro
el frío y el silencio
animaron los espíritus oscuros
Sentí en mi cuello
el humor seco del miedo
que hicieron dudar
mi sana voluntad
Aún así...
me subí...
sobre mi Determinación
y crucé aquel azorado momento
La claridad del alborear
iluminó mi largo andar
El canto de las aves
me hicieron vibrar
y sentí el calor de la alegría
En mi camino,
conocí una rosa
y juntos los dos,
topamos con algo...
era una puerta transparente…
Y en la armonía del momento,
cruzamos el umbral,
hacia un lugar sagrado
Todo era igual...
las gentes, los prados,
Igual...todo igual...
Los árboles eran mas verdes
y el Sol mas dorado
y el aire era mas puro...
Habíamos naufragado
en un oceano melodioso…
Como peces comenzamos
a fluir, y llegamos al fín
a una bella orilla...
Nuestro andar continuó
y al final del camino
encontramos una casa,
la tocamos con timides
Y un hermano salió
y nos regaló su dorada sonrisa
que encendió
nuestras húmedas almas
Entramos a un salon...
en el fondo había un sillón
y sentado en él, había un Señor
tenía guirnaldas de vivos colores
y los ojos brillantes como luceros,
y la sonrisa de un Sol;
nos llamó y preguntó:
- Tienen algo para darme?
La rosa saltó de mis manos y le dijo:
- Toma mi vida dulce Señor!
Se tiró de un brinco a sus pies...
derramando sus lágrimas rojas;
Después mirandome fijamente; dijo:
- Y tú hijo mío?;
Mi corazón latía tan fuerte
que saltó del centro de mi pecho;
casi agonizando le dije:
- Perdón…es lo único que tengo...
Me miró como nadie lo hizo jamas
y dulcemente me dijo:
- Es lo único que anhelo...
Antes que cerracen mis ojos,
vi que cogía mi corazón
y lo abrazaba…
como a un niño en su pecho
Cuando volví abrir los ojos...
me encontré en un lugar..
donde no había nadie,
solo yo…y el Universo
con sus estrellas
y mundos celestiales…
Y de pronto
el Señor apareció ante mi,
y yo… me postré a sus pies...
y él… se postró ante mi
Fuimos uno