Esteban era un señor que vivía de las labores del campo, era un hombre muy trabajador que había aprendido el oficio de su anciano padre y este a su vez de su difunto abuelo. Era un hombre tan dinámico que prácticamente estaba en todo; en la siembra, en la cosecha y en la cría de animales, porque él pensaba que al menor descuido, el negocio familiar se venía abajo.
Toda la gente decía que su éxito en el campo se debía a su trabajo, porque él siempre decía: “Yo desde pequeño siempre he trabajado”. Pero eso no era totalmente cierto, la verdadera razón de su éxito era la tenacidad y la perseverancia, pero la gente no sabía eso, porque Esteban nunca le decía a nadie que él era un hombre tenaz y muy perseverante.
Una Tarde cuando el señor Esteban se dirigía al mercado a vender sus frutas y hortalizas, notó al montarse en la carreta, que una de las cuatro ruedas, exactamente la trasera izquierda, estaba un poco floja. -”No importa me iré así, y al regreso, haré los arreglos necesarios, ahora no tengo tiempo que perder”. Y dicho esto se sentó en la silla y salió arreando el caballo en veloz carrera.
El viaje fue como todos los que antes había hecho, nada extraño; solo un pequeño detalle, y es que al llegar al mercado el señor Esteban se dio cuenta de que a la carreta le faltaba una rueda, sí, le faltaba la trasera izquierda. Entonces recordó y se dijo: “con razón la señora que iba con el niño estaba intentando hablarme, y el señor del sombrero blanco señalaba la carreta, ahora entiendo, tal vez querían avisarme que faltaba la rueda, y a lo mejor iban a advertirme que sin esa rueda no llegaría al mercado”, luego reflexionó: “bueno ya no puedo hacer nada por ellos, ya estoy aquí en el mercado”.
CUANDO TODOS DIGAN QUE NO PUEDES
TIENES LA LIBERTAD DE HACER CASO OMISO,
QUE CUANDO A LA CIMA LLEGUES,
TAL VEZ SE PREGUNTEN ¿CÓMO LO HIZO?
Sin dudas un relato misterioso. Ahora , cómo llegó al mercado con tres ruedas,me estoy preguntando...saludos.