Una tarde muy fresca de verano cantaba una joven una bellísima canción de amor. Las hojas de los árboles se movían inquietas, los conejos, los sinsontes, colibríes, osos, leones, panteras y otros animales se acomodaban para escucharla, pero de repente se sintió un trote ligero como el de un centauro o un caballo, todos se asustaron, nunca antes habían oído algo parecido, se vió un cuerno brillante, luego una cabeza blanca con una coronita rosada, más adelante se vió una crin bellísima con un collar rosa, se vieron cuatro patas y todos seguían asustados hasta ver al animal completo, era un hermosísimo unicornio blanco, había llegado hasta ahí atraído por el sonido tan hermoso de la voz de la bella dama, en cuanto ella lo vió se encariñó con él, pero el unicornio tenía que regresar a su bosque. Así cuando la dama está en problemas o quiere ver a su amigo canta la misma canción de amor de aquella tarde donde ambos se conocieron.