Había una vez, una hormiguita muy trabajadora que vivía junto a miles de compañeras en una profunda cueva en el bosque. Muy de mañana salian a trabajar recogiendo hojas y todo lo que encontraban a su paso, para llevarlo al hormiguero. Pero dentro del grupo sobresalía, una inquieta hormiguita, que siempre se distanciaba del resto de sus compañeras y viajaba sola por el bosque. Su curiosidad la llevó a varios percances, una vez se encontró con un grupo de furiosas avispas, que la atacaron, haciéndola correr y refugiarse en un tronco, luego cayó en la red de una peligrosa araña mona, salvándose por puro milagro y por último se encontró con un enorme lagarto que muy hambriento la persiguio por todo el bosque. De nada valian los consejos del resto de sus compañeras, para que no se alejara del grupo. Cierto día, mientras caminaba por el inmenso bosque, encontró a unos enormes animales de cuello y largo y de patas también inmensas, muy asustada la hormiguita regresó a la cueva y allí sus otras amiguitas, le dijeron que esos enormes animales se llamaban jirafas, de los cuales debia tener mucho cuidado y no molestarlos. Pasaron las semanas sin mayores contratiempos y siempre con , la misma rutina del trabajo, una calurosa mañana, la hormiguita salio bien temprano de la cueva y como siempre se alejo del grupo de trabajadoras, pasaron las horas y de tanto caminar por el bosque, sin darse cuenta perdió el rumbo para regresar al hormiguero, confundida y triste, se lanzó al suelo a llorar, estaba perdida y se acercaba la noche. En esos momentos pasaba por el lugar una inmensa y solitaria jirafa, quien al escuchar el llanto, se acercó a curiosear, se sorprendio al ver tirada en el suelo a la hormiguita y acercandose a ella le pregunto: ¿Oye hormiguita por qué estas llorando, que te pasa?. la hormiguita le respondio: ¡Estoy perdida amiga jirafa, no encuentro el camino de regreso a mi casa!. moviendo la cabeza de un lado a otro, la enorme jirafa exclamó:Pobre hormiguita, se ha perdido en el bosque y al igual que yo, no encuentra el camino de regreso a casa!. Al escuchar aquellas palabras, la hormiguita se incorporó y pregunto: ¿Tu también estas perdida amiga jirafa?. El enorme animal le respondio: ¡Si hormiguita yo también estoy perdida y no se que hacer para encontrar a mi manada!.En esos momentos a la hormiguita se le ocurrió una idea y acercandose a la jirafa le dijo: ¡Bueno hagamos un trato amiga, si tu me ayudas a cruzar el rio y encontrar mi cueva, te prometo que te llevaré al encuentro de tu manada!.Sorprendida por la oferta la jirafa exclamo:¡esta bien acepto el trato amiga hormiga y empesemos a trabajar de inmediato!.La enorme jirafa bajo su largo cuello, que media más de cuatro metros y la pequeña hormiguita subio hasta la cabeza, desde allí podia ver largas distancias y hasta alcanzar las ramas más altas de los árboles. Despues de viajar largas horas por el bosque, llegaron al río y la hormiguita lo cruzo subida al lomo de la jirafa, luego al llegar a la otra orilla, la jirafa bajo la cabeza y la hormiguita salto a tierra, muy alegre y contenta le dio las gracias a la jirafa y fue a reunirse con sus otras compañeras, quienes la recibieron muy contentas. Volteando la mirada y ya dispuesta a marcharse, la hormiguita vio a la enorme jirafa esperandola a cierta distancia, en ese momento recordo el trato que habia hecho con su enorme amiga y se dispuso a cumplirlo, hablando con el resto de sus compañeras, las convencio para que la acompañaran al bosque a buscar a la manada de jirafas, por dos horas recorrieron las hormiguitas el enmenso bosque, seguidas muy de cerca por la solitaria jirafa, hasta que por fin llegaron a un apartado lugar, debajo de unos enormes árboles, estaban reunidas varias jirafas, era la manada que estaban buscando,inmediatamente la solitaria jirafa corrió al encuentro de sus amigas, tras saludarse y conversar las jirafas decidieron marcharse a otro lugar más seguro y de abundante pasto. Fue en ese momento cuando la jirafa se acercó a la hormiguita y abrazandose ambas decidieron jurar un pacto de amistad y de agradecimiento eterno a pesar de la gran diferencia de tamaño que existía entre ellas.