Luego de un largo y misterioso viaje me recibió con una amable y gran sonrisa, seguida de un cálido y fuerte abrazo. Sus dos hermosos y enormes luceros emanaban brillante luz de felicidad, mientras lentamente sus delicados labios iban pronunciando con orgullo mi nombre.

Era todo tan precioso. De momento, no lo podía creer; un fabuloso y mágico teatro ante mis ojos mostraba la gloriosidad y la mismísima perfección de aquel extraordinario arquitecto. Tenía miedo a entrar, pues yo era a penas como una pequeña hormiga parada frente a un gigantesco rascacielos. Cada paso que daba hacia el arquitectónico teatro, convertía mi cuerpo en un turbulento torbellino de temor. No tenía ni la más mínima idea de lo que podría encontrar detrás de la gigantesca y dorada puerta. Mi cuerpo entero se paralizó; profundice mi respiración, mientras una tibia sensación interna me impulsó a entrar.

-No temas, todo estará bien. (Me dijo con tono suave y preciosa voz)

Entonces fue cuando tímidamente acerqué mi mano frágil y temblorosa hacia la cerradura, provocando que se abriera la majestuosa y fantástica puerta. No podía creer lo que veía, todo estaba tan exquisitamente decorado, existía un toque místico y suave olor a flores que esparcía paz. Nos dirigimos hacia un gigantesco pasillo y al final del mismo entramos a un pequeño cuartito, adornado con sedas y delicados detalles. Me dijo que allí veríamos una película. Me sorprendí, no me imaginaba de que podría tratar.

Tomé asiento justo al lado de él y la pantalla se encendió. Una melodiosa y suave música instrumental activó mi sentido de audición, hipnotizando y profundizando mi visión. Para mi sorpresa una pequeña y engreñada niñita, apareció jugando por los alrededores de una espesa y húmeda finca de café. La niña parecía estar muy contenta, pero de momento sus ojos que brillaban de felicidad se opacaron y se convirtieron en un mar de lágrimas. Una ciudad, tránsito, contaminación e industrias se atrevesaron en el camino. La niñita se fue a vivir a un lugar lejos de todo lo que la vió crecer, lejos de los cafetales, de los coquíes y el río. Siguió creciendo, estudiando, se convirtió en profesional, se caso tuvo hijos y nietos, viajó por el mundo, pasó tristezas y alegrías, pero vivió bien la vida a pesar de que no pudo regresar al sitio que la vio crecer. Me sentí parte de la película, como si estuviese reviviendo cada momento, lloré, reí y me emocioné como nunca antes lo había hecho.

Al verme sumerjida en un huracán de sentimientos,su voz suave y melodiosa pronunció las siguentes palabras:

-Felicidades! Acabas de ver la película de tu vida. no tenías idea de todos los regalos que te tenía reservados la vida. Cuantas felices anécdotas viviste, cuantas tristezas y sufrimientos te apuñalaron el corazoncito, pero no por eso te dejaste vencer. Yo siempre supe que mi nenita tenía una fuerza inmensa y un gran potencial.

En esos momentos me miro fijamente, poseía unos ojos únicos, de esos que no temen a enseñar sus sentimientos y su alma, de esos que te llegan hasta lo más profundo y te demuestran confianza. Un impulso interno que no pude aguantar me hizo acercarme a él y abrazarlo con todas mis fuerzas. Sentí la protección y el amor que solo un buen padre como lo es el le puede demostrar a sus hijos.

-Felicidades!! Has logrado todo lo que te propusiste, has recorrido un largo camino para llegar hasta aquí, ya es hora de que descances, como tú siempre lo has deseado.

Volvió a mirarme fijamente pero esta vez sus ojos poseían una exclusiva brillantez y una gran sonrisa de orgullo; mientas tiernamente de su boca nacían estas hermosas palabras: "Bien venida a casa hija mía"