La fe nos fortalece

(Relato religioso 147)

Con fe podemos afrontar problemas tan grandes como montañas. Jesucristo le dijo a sus discípulos: “Si tienen fe del tamaño de un grano de mostaza, dirán a esta montaña: ‘Transfiérete de aquí a allá’, y se transferirá” [Mateo capítulo 17, versículo 20] Puesto que la fe puede fortalecernos espiritualemente, hacemos bien en analizar estas preguntas: ¿Qué es la fe?. ¿Qué actitud de corazón debemos tener para demostrarla?. ¿Cómo podemos hacerla más fuerte?. Y, ¿en quién debemos poner nuestra fe? [Romanos 4:3]

¿Qué es la fe?. La fe es más que creer o reconocer que lo que la Biblia enseña es la verdad, pues esta dice que hasta los demonios creen que Dios existe y se estremecen [Santiago 2:19] Entonces, ¿qué es la fe?.

Cuando la Biblia describe la fe, señala que tiene dos aspectos. Primero, dice que la “fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan”, es decir, la certeza de que estas sucederán [Hebreos 11:1] Si tenemos fe, creemos firmemente en que todo lo que Jehová Dios dice es verdad y se cumplirá. Por ejemplo, Dios le dijo a los israelitas lo siguiente: “Si ustedes pudieran romper mi pacto del día y mi pacto de la noche, aun para que el día y la noche no ocurran a su tiempo, igualmente podría romperse mi propio pacto con David mi siervo” [Jerremías 33:20, 21] ¿Hemos dudado alguna vez que el Sol salga o se ponga, de modo que deje de haber día y noche?. Si no ponemos en duda las leyes físicas que hacen que la Tierra siga girando sobre su eje y orbitando alrededor del Sol, ¿debería dudar del Creador de tales leyes pueda cumplir lo que promete?. Claro que no [Isaías 55:10, 11. Mateo 5:18]

Segundo: Fe es “la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” esto es, la “evidencia convincente” de que algo que no vemos es real [Hebreos 11:1] Pensemos en un ejemplo. Supongamos que un niño nos pregunta por qué sabemos que existe el aire. Aunque nunca hemos visto el aire, no nos resulta dificil razonar con el niño sobre las pruebas de su existencia, como la respiración, los efectos del viento y otros. Una vez que el niño se convence gracias a estas pruebas, acepta la existencia de algo que no se ve. De manera parecida, la fe se basa en pruebas sólidas [Romanos 1:20]

 ¿Es necesaria una buena actitud de corazón?. Puesto que la base de la fe son las pruebas, para tener fe primero debemos conseguir “concimiento exacto de la verdad” [1 Timoteo 2:4] Pero eso no es suficiente. El apóstol Pablo escribió que la fe se demuestra “con el corazón” [Romanos 10:10] No basta con que creamos la verdad, es importante que la valoremos. Solo entonces nos sentiremos motivados a demostrar fe, es decir, a vivir de acuerdo con la verdad [Santiago 2:20] Quien no valora de corazón la verdad puede que hasta rechace las pruebas convincentes y se aferra con terquedad a lo que cree o busca excusas para sus deseos pecaminosos [2 Pedro 3:3, 4. Judas 18] Por esta razón, no todas las personas que presenciaron milagros en tiempos bíblicos llegaron a tener fe [Números 14:11. Juan 12:37] El espíritu santo de Dios solo produce fe en quienes aman la verdad y odian la mentira [Gálatas 5:22. 2 Tesalonicenses 2:10, 11]

¿Cómo podemos hacerla más fuerte?. Entre los siervos de Dios que mostraron fe fuerte en el pasado esta el rey David [Hebreos 11:32, 33] Nadie nace con fe ni la hereda de sus padres. Por lo tanto, la fe de David fue el resultado de su amistad personal con Dios. En el Salmo 27 David reveló como llegó a tener una fe fuerte [versículo 1] El reflexionaba en sus vivencias pasadas y en lo que Jehová les había hecho a sus enemigos [versículos 2 y 3] Valoraba profundamente el tabernáculo de Jehová Dios [vers. 6] Buscaba encarecidamente la guía de Jehová en oración [vers. 7 y 8] Y también quería que Jehová le enseñara a andar en su camino [vers. 11] Tan importante era la fe para él que se preguntó dónde estaría si no hubiera tenido fe [vers. 13]

Podemos tener una fe similar a la de David si copiamos la actitud mental y los hábitos que se reflejan en el Salmo 27. Como la fe se basa en el conocimiento exacto, cuanto más estudiemos la Palabra de Dios, más facil será producir este aspecto del fruto del espíritu [Salmo 1:2 y 3] Cuando estudiemos, y pasemos tiempo para reflexionar, pues el agradecimiento nace de la meditación, aumentará y se fortalecerá nuestra fe. Los testigos de Jehová del lugar donde usted vive pueden ayudarlo a fortalecer su fe por medio de un estudio gratuito de la Biblia y así usted puede conocer a Dios y llegar a ser su amigo. Mientras más agradecimiento sintamos por Jehová Dios, más desearemos demostrar nuestra fe adorándolo en las reuniones religiosas junto con los siervos de Jehová y hablándo de nuestras esperanzas con otros individuos de nuestra familia y de nuestra comunidad. [Hebreos 10:23 al 25]   También demostramos fe cuando seguimos orando y no nos damos por vencidos [Lucas 18:1 al 8] Así pues, oremos sin cesar a Jehová con la confianza de que se interesa por nosotros [1 Tesalonicenses 5:17. 1 Pedro 5:7] La fe motiva a actuar y las acciones, a su vez, fortalece nuestra fe [Santiago 2:22]

La noche antes de morir Jesucristo le dijo a sus discípulos: “Ejerzan fe en Dios, y ejerzan fe también en mí” [Juan 14:1] Así que debemos poner nuestra fe en Jesús, no solo en Dios. ¿Cómo? Veamos tres formas de hacerlo:

Primero, consideremos el rescate como un regalo personal que Dios nos ha hecho. El apóstol Pablo dijo: “vivo por la fe que es para con el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí” [Gálatas 2:20] Cuando tenemos fe en Jesús, estamos seguros de que el rescate es para nosotros, que es la base para que Dios nos perdone los pecados, que nos ofrece la esperanza de la vida eterna y que es la mayor prueba de que Dios nos ama [Romanos 8:32, 38, 39. Efesios 1:7] Esto nos dará la fuerza para mantener a raya los pensamientos negativos [2 Tesalonicenses 2:16, 17]

Segundo, acerquémonos a Jehová en oración sobre la base del sacrificio de Jesús. Gracias al rescate, podemos orar a Jehová con confianza “para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” [Hebreos 4:15, 16. 10:19 al 22] Orar refuerza nuestra decisión de resistir la tentación de pecar [Lucas 22:40]

Tercero, obedezcamos a Jesús. El apóstol Juan escribió: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna, el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanence sobre él” [Juan 3:36] Fijémosnos en que Juan estableció un contraste entre tener fe y ser desobediente. Por lo tanto, demostramos fe en Jesús cuando lo obedecemos. Y lo obedecemos cuando nos sometemos a “la ley de Cristo”, es decir, todo lo que enseñó y habló [Gálatas 6:2] Si hacemos lo que Jesús nos manda, tendremos la fuerza que nos permitirá soportar las tormentas de la vida [Mateo 7:24, 25]

En una ocasión, un hombre le dijo a Jesús: “!Tengo fe!. !Ayúdame donde necesite fe!”. [Marcos 9:24] Este hombre tenía cierto grado de fe, pero fue modesto y reconoció que necesitaba más. Tal como él, todos necesitamos más fe en algún momento. Y todos podemos fortalecerla ahora. Como hemos visto, lo hacemos cuando estudiamos la Palabra de Dios y reflexionamos en ella, lo que profundizará la gratitud que sentimos hacia Dios. Nuestra fe también se hace más fuerte cuando lo adoramos junto a los siervos de Dios, hablamos a otros de nuestra esperanza y oramos sin cesar. Si nos edificamos sobre nuestra santísima fe hacienda todas estas cosas, recibimos la mayor de las recompensas: Nos mantendremos en el amor de Jehová Dios [Judas 20, 21]