¡Hermano, he vuelto!, da la cara cacho mamón, te ha llegado la hora de cobrar.
Se oían pasos bajando la escalera y una vez pisado el último escalón pude verle, era él, aunque se veía algo más desmejorado, pero era él:
Vaya, si es mi hermano pequeño, el capullo renegado salvado por una puta.
Siempre una lengua tan repugnante como tu cara, no has cambiado nada.
Tú si que has cambiado, te han cambiado la nariz y por cierto, ¿qué tal tu polla?, ahora es mera decoración, seguro, algo inerte.
Te equivocas, me operaron, ahora no tengo nada.
Él estalló en un mar de risas:
Ahora tengo una hermana, o un hermano travestido, jajaja.
Tú y yo tenemos una cuenta pendiente, pero, ¿sabes una cosa?, ya te estarás riendo cuando te estén dando por culo en la cárcel.
No eres tú el más indicado para amenazarme.
Te voy a dar de tal manera que desearas arrepentirte de todo lo que me has estado haciendo todo este tiempo- mirando el reloj que había en una pared dije- diez minutos, tiempo suficiente.
Hablas demasiado, ¡ven aquí si tienes huevos!.
¿Acaso tienes miedo de venir tú?, Helena tenía razón, yo te supero en todo, ¡absolutamente en todo!.
Ese comentario era la clave para hacerle perder los papeles, pero aún todavía podía avivar más la llama:
¿Sabes?, hasta yo sin polla soy capaz de hacerla gritar mucho más de lo que tú eras capaz, ¡no eres más que un puto despojo humano!.
Esta vez nadie te salvará de la muerte- dijo haciendo sonar sus nudillos.
Hablas demasiado, ¡actúa de una jodida vez!.
Él se lanzó contra mí, pero nada más empezar, cometió un grave error, sus movimientos eran lentos y pesados, demasiado predecibles, gracias al entrenamiento de Helena, con el movimiento de pies podía adivinar a donde iban tanto el enemigo como los golpes, ni un solo golpe llego siquiera a rozarme, le dí un duro golpe en el estomago haciéndole caer de rodillas, sin apenas respiración, en esa posición le metí una patada tirándolo contra una estantería, cuando se recupero dijo:
Vaya, esto se pone interesante, esa puta a hecho grandes progresos contigo, debería haber acabado con ella también.
Nunca llegarás a tocarla y si lo haces, te mataré.
¿Desde cuando te dedicas a proteger a zorras como ella?.
Ella no es ninguna zorra, eres tú una especie de monstruo en que te has convertido, está visto que no has podido soportar la muerte de papá y mamá, sin embargo buscabas desahogo en pegarme, pensarías que eso te haría sentir mejor y eso conseguía en un primer plano, pero realmente ya dejaste de ser tú, mi hermano mayor, hace mucho tiempo, ante mí no tengo a mi hermano, ante mí tengo un monstruo que me ha hecho cosas horribles, cosas de las cuales pagarás muy caro, ¡sufre maldito!.
Cuando fui a pegarle de nuevo, unos brazos me pararon, pero no con fuerza, sino se pusieron por delante mio con cariño, me dí la vuelta para ver que era Helena, ella me dijo en un susurro:
Ya está, se acabó.
En cuestión de segundos, unos policías agarraron a mi hermano y lo esposaron, antes de llevárselo dijo en un grito:
¡Maldita puta!, te mataré, ¡lo juro!, y a ti también hermano, ¡morirás!.
Que te jodan bien en la cárcel, “amor mio”, lleváoslo chicos.
Los policías se llevaron a mi hermano mientras él se resistía de forma inútil, en ese momento me dí la vuelta y la miré:
¿Crees que volverá?.
No, puedes estar tránquilo...amor mio- dijo antes de cerrarme la boca con un beso.
Nos fuimos de allí agarrados de la mano, sabíamos que esto había terminado, tocaba vivir la vida sin miedo a mi hermano nunca más, mientras miraba aquella luna llena que brillaba con gran fuerza en un cielo totalmente despejado nos pusimos en camino a la casa, era hora de enterrar los malos recuerdos y vivir la vida como se merecía.

FIN.