Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Ciencia Ficción

La guerra de la vía lactea

Año 2087 d.c. en un solitario satélite de la constelación de andromeda en plena guerra hipergaláctica.
Albert Parchemin estaba intentando arreglar su nave espacial, cuando su robot x-20-G le trajo el desayuno. Este hecho hubiera sido de agradecer, si no fuera porqué era la tercera vez que se lo llevaba.
- Maldito pedazo de lata! Encima que no puedo salir de este planeta, tengo que soportar este robot chiflado. No! Ya me has traido tres desayunos, el ser humano sólo lo hace una vez al día, entiendes?-
- Lo siento señor, mi chip de memoria está estropeado-
Y se volvió camino de la cocina.
- Si vuelve a llevarme el desayuno, juro que los desguazo-
- Recuerda que es propiedad del estado-
Le advirtio Fred Cargol, su único compañero de tripulación.
- A la mierda el estado!. Nos han dejado colgados en este satélite y ni se acuerdan de nosotros con todo el follón que tienen-
- Eso explícaselo al tribunal del consejo de guerra. Por cierto, llevamos cuatro días intentando arreglar este cacharro y de momento sólo hemos conseguido quedarnos sin luz y este olor a quemado.
- LLevamos?-
Amenazarlo Parchemin con el destornillador eléctrico
- Solo soy yo, Cargol, quién está trabajando, tu te pasas el día bebiendote nuestra bodega de caldos marcianos y jugando con la realidad virtual. Y aún tienes el morro...?-
-Está bien, de acuerdo, pero lo hago porque veo que es inútil. Ninguno de los dos es ingeniero. Sólo somos pilotos. Y aparte, para que volver? Están en guerra, acuerdate. Y aqui estamos al margen de todos los circuitos conocidos, un escondrijo perfecto. Cuando acabe, ya nos vendran a buscar.-
Parchemin dejo el destornillador en el suelo y se sentó en él.
- Tengo varias razones para arreglar esta nave. La primera es que tengo una familia y quiero saber como estan, la segunda es que soy un patriota y no como tu que huyes del deber de defensar el sistema.
- En lo primero no me meteré, pero lo del patriotismo...si piensas que vas a ser un héroe, lo tienes claro-
Entonces llegó otra vez el robot con otro desayuno
- Maldito seas! Te voy a desmontar pieza a pieza-
Pachemin saltó encima del pobre robot con el destonillador eléctrico, Cargol no pudo impedir y lo primero que salió rodando fue la cabeza del robot. El cuerpo del robot, sin la cabeza, iba sin rumbo fijo, a la deriva.
- Basta, Pachemin, basta!-
Fred detuvo el robot decapitado y lo desconectó. Después recogió los trozos y cuando se dirigía hacia el taller, oyó una explosión y la nave tembló, como si de un terremoto se tratará. Pachemin había hecho una falsa conexión y se había cargado el protoreactor. Pachemin solo estaba superficialmente calcinado. En la cocina valoraron los hechos delante de una copa de zumo marciano.
- Resignate, Pachemin, la guerra se ganará sin ti.
- Solo me faltaba esto, tengo los nervios destrozados-
De golpe y porrazo se encendió la señal de emergencia en el monitor de información.
- Una nave se acerca!-
Dijo una voz metálica
- Mierda!-
Exclamó Cargol, mientras Pachemin sonreia. Reunieron dos robots mecánicos y los armaron con dos lasers. Se prepararon, para en caso de ser enemigos, pudieran repeler el abordaje. Fueron hacia la sala de carga, mientras la otra nave ya estaba maniobrando para acoplarse. De golpe, Pachemin solto un grito de alegria?
- Es de las nuestrras!-
Le permitieron conectarse. Por la rampa exterior aparecieron un par de robots. uno de ellos,
iba vestido de forma hortera, parecido a un disfraz de Napoleón, el emperador francés. El otro iba armado con un fusil desintegrador.
-Bon Jour, mon amis! Se presenta la nave de intercepción BX300696. En nombre de la flota imperial, esta nave queda requisada para uso bélico. Considérense desde ahora agregados de su majestad imperial.-
Pachemin y Cargol se miraron perplejos.
- perdone, excelencia, nosotros ya pertenecemos a la flota. Por cierto, esta nave, necesita reparse urgentemente...-
El pequeño Napoleón no le sentó muy bien la respuesta de Pachemin, pareció enojarse.
- Como, osas desafiar a su majestad, máldito ser inferior?-
- lo que nos faltaba, otro Robot tarumba-
Exclamó cargol, mientras el robot guardian mantenía a raya los robots de Fred, que quería defender a sus amos.
-Y vosotros, quedáis libres, hermanos, ya no tendréis que seguir sirviendo a estos humanos.
En cuanto a vosotros, hombres, os vamos a encerrar en la bodega, como prisioneros del Imperio.
En las bodegas de la nave interceptora, Pachemin estaba encolerizado.
- Si me hubieras ayudado a arreglar la nave, ya estaríamos fuera de este maldito asteroide y nada de esto estaría pasando!-
- ¿Y quién se iba a pensar que un robot medio loco abolicionista aterrizaría justo aqui? -
- Es capaz de ejecutarnos, ese robot tarumba ! -
Entonces oyeron que alguién abría la puerta con una tarjeta magnética. Era uno de sus robots.
- Pensé que tendrían hambre.-
LLevaba una bandeja de canapés liofilizados.
- Gracias a Dios , un robot sensato-
- Tienes que sacarnos de aqui unidad 2-
- De acuerdo, seguidme. Creo que hay una nave salvavidas aparcada en la zona B-
Salieron de la bodega siguiendo el robot. Empezaron a dar vueltas por los pasillos pero la nave era demasiado grande y se perdieron. Sin darse cuenta, acabaron en la sala de control donde el robot Napoleón miraba por las pantallas de mando una nave nodriza enemiga que por lo visto tenía intención de abordar. Se dió cuenta de su presencia y les habló
- Vaya, el par de humanos. llegáis a tiempo para presenciar como destruyo parte de la flota enemiga. Vencer o morir! Si no logramos abordarla, la destruiremos! Tora, tora, tora!-
- A este robot le falta un tornillo-
Susurro Cargol
- Detente!-
Pachemin se precipitó hacia los mandos y el robot guardian lo inmovilizó. La nave chocó contra la otra y se dió la vuelta. Los humanos perdieron el conocimiento y los robots se desconectaron.
Pachemin y Kargol se despertaron en un hospital militar de Júpiter. Una guapa enfermera androide les tomaba la temperatura. Entonces llegó un general.
- Chicos! Os tengo que felicitar, vuestra audacia supera con creces al enemigo! Os concedo una semana de permiso! -
Los dos hombres se quedaron mirando, alucinados. Mientrastanto, en un trozo de asteroide, el robot Napoleón, pronunciaba un discurso.
- Puedo prometer y prometo que los robots no se tendrán que someter nunca más a los humanos! Al abordaje!.
Datos del Cuento
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.144.43.194

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033