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La hamburguesa desaparecida

En el Restaurante El Oso Zampón, un lugar donde todo aquello que no te comías te lo guardan para otro día, robaron una hamburguesa gigante que estaba mordida por Ana López, la famosa estrella de la televisión local. 

El inspector Mochilero fue el designado para investigar este extraño caso, pues el ladrón no dejó ningún tipo de pista. Mochilero salió a la calle al momento, a investigar y buscar pruebas, preguntó a las tiendas de alrededor pero nadie sabia nada. Sin embargo cuando el inspector entrevistó a los cuatro sospechosos ya no tuvo ninguna duda y resolvió el caso… ¿Queréis saber cómo lo hizo?

El primero de los sospechosos fue Mister Frito, el dueño del Restaurante. Nuestro policía le hizo varias preguntas y esto es lo que pasó:
- Perdone Señor Mochilero, pero yo sólo acudo a mi local por las noches y el robo fue por la tarde, por lo tanto yo no me encontraba allí. Además si mira las cámaras no me encontrará entrando por la puerta. Soy el dueño del restaurante, me puedo comer todas las hamburguesas que quiera, ¡no me hace falta robarlas! - Mister Frito se mostraba muy seguro e incluso enfadado-.

El segundo de los sospechosos era Cremosito, uno de los camareros, y su versión de los hechos fue la siguiente:
- Buenas tardes Inspector Mochilero. La realidad es que yo fui el que llevó la hamburguesa gigante a la mesa de la señorita Ana López y el encargado de recogerla cuando no se la pudo acabar. Nunca me como nada en el trabajo así que tiene que confiar en mí. Llevo trabajando en este restaurante cinco años.

El tercero de los sospechosos era Carmela, la camarera. Esto fue lo que le contó:
- Hola Inspector Mochilero. Yo soy la encargada de cobrar los pedidos de los clientes y habitualmente tengo poco acceso a la comida que se prepara pero es verdad que cuando me voy superviso la comida que ha sobrado y la guardo bajo llave. Aún así tiene que creerme. Yo no robé ninguna hamburguesa. Esa tarde mi hermana estaba en el restaurante, así que puede preguntare también a ella.

El cuarto sospechoso era Tielve, un chico que acaba de entrar nuevo en el restaurante, que hablaba poco y que miraba todo el rato hacia abajo sin prestar mucha atención a lo que el Inspector Mochilero le preguntaba.

Cuando Mochilero acabó con las entrevistas los reunió a todos y les dijo:

- Sintiéndolo mucho tengo que detener a uno de ustedes por comerse la hamburguesa gigante de la señorita Ana López. Y ese es: ¡el señor Cremosito!

Cremosito se puso rojo de repente y le preguntó:
- Pero Inspector Mochilero. ¿Como ha sabido que fui yo?
- Muy simple, me comentó que usted no se come nada en el trabajo pero sin embargo tenía migas de pan y mayonesa alrededor de la boca así que supe que me estaba mintiendo.

Cremosito no dijo nada más y acompañó a Mochilero hasta la comisaría quedándole muy clara una cosa: no se pueden decir mentiras.

Datos del Cuento
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