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Categoría: Hechos Reales

La lecciòn de Pollito

Tenìa un dìa de nacido y se encontraba metido en uno de los minùsculos compartimientos de una caja grande de cartón, nueva, eso sì, en la que habìa otros muchos de sus hermanos a quienes no podìa ver, solamente escuchar. Hermanos, no sabría decir si de sangre, pero en todo caso salidos todos de las entrañas de la cuidadosamente regulada calidez de las frìas màquinas reproductoras de Incubadora Santander.
El martes, cuando Santiago salìa del colegio y los viò, quiso tener uno. Cuando obtuvo la anuencia para comprarlo, sus inmensos ojazos tristes que recuerdan los de anime, brillaron como dos estrellas. Entregò $500 al vendedor de las criaturas y èste, mientras lo ponìa en una bolsa de papel color café con leche, le preguntò si llevarìa comida. Por supuesto, llevarìa comida. Santiago le entregò otros $200 y el hombre le dio una bolsita de plástico con unos 150 gramos de una masa amarilla que parecìa ser concentrado para pollitos de hasta 15 dìas de edad, producido por Solla.
Los pollitos diiiicen pìo, pìo, pìiiio/
cuando tienen haaaambre/
cuando tienen frìiiooo......
¡Mentira! Los pollitos pìan cuando tienen hambre, cuando tienen frìo, cuando tienen calor, cuando estàn felices, y cuando se les da la gana. Solo dejan de piar cuando duermen. Eso serìa regio, si no fuesen tan sensibles al ruido. Ellos tienen oìdo biónico y sensores electrónicos que se activan inclementemente con la respiración de una persona distante a segundos luz. No importa cuàn despacio y suave se camine, o se parpadee, el pollito se despierta y empieza a piar. Hay que pensar en los vecinos cuando el pollito està en un apartamento y no en un corral. Cuando los niños llegan del colegio, corren a buscar a pollito. Pollito permanece en una caja de cartón que debìa resguardarlo del frìo en la noche, pero los niños quisieron resguardarlo del calor en el ardiente dìa y lo dejaron allì en la mañana, luego de ponerle un plato de agua y otro de comida. Todo està revuelto dentro de la caja. Lo sacan. Pollito corretea por todas partes con su feliz piar. Se picotea las patas y John corre a buscar la comida que queda porque piensa que pollito tiene hambre...està en pleno crecimiento, dice... Santiago dice que no es hambre, “es que saliò igualitico al papà”....porque èl mismo se comìa las uñas hasta hace unas semanas. Quieren dormir con pollito pero la abuela de pollito no alcanza a asimilar bacterias de pollo en la cama. Solo en el piso. El jueves cuando Santiago saliò del colegio a buscar al vendedor de pollito para comprarle màs comida, el hombre no estaba. Ya se habìa marchado. Tocarìa esperar al dìa siguiente. ¿Què màs come un pollito? El viernes tampoco estaba el hombre del concentrado. Los niños llegaron a casa y se encontraron a Pollito con la cabecita caìda hacia delante y sin ganas de salir corriendo como lo hacìa siempre. Se lo acercaban a la cara y pollito ya no intentaba morderles los labios. Llamaron a la abuela de pollito, quien les aconsejò darle a pollito arroz con frìjoles que les habìa dejado para el almuerzo. Carne no, que podìa ser pesada para pollito. Le ofrecieron tan apetitoso plato a pollito, pero èste no quiso ni siquiera probarlo. No era lo suyo o ya no tenìa alientos para intentarlo. Pollito cada minuto estaba màs dèbil. Su cabecita se caìa màs y se apoyaba con el pico en el piso. Màs tarde, tendido en las manos de John, parecìa muerto. Estaba completamente desgonzado, la cabecita caìda hacia un lado y solo una señal de vida: su hermoso piar. Se diría que estaba muerto, de no ser por el acompasado, lento, frágil, pero constante piar. Pollito no sabìa nada de la vida. No sabìa què es la vida, èl solo sabìa ser pollito y estaba por completo convencido de que su misión en este mundo era ...piar. No sabìa por què, no sabìa para què, pero èl cumplìa su misión. Nunca ofreció, nunca se comprometió, nunca prometió, pero cumpliò. Y cumpliò a cabalidad, hasta el ùltimo instante. Aùn en su agonía, sin alientos para tomar un grano de arroz, o una gota de agua, o abrir sus ojos, pollito no dejò de piar, hasta con el ùltimo invisible, suave, leve..... suspiro.
Los pollitos no dicen pìo pìo pìo, eso no es verdad, los pollitos dicen pìa pìa pìa. No “pìo yo”, sino “pìa tù”, pìa conmigo, canta conmigo, cantemos juntos, cantemos todos, vivamos juntos, vivamos todos, vive, vive tù. Hay que vivir, nos toca vivir, ya estamos aquì. Hagamos, que después, todos podremos, tendremos que, descansar. Si has hecho lo que debes hacer, aùn cuando no entiendas por què, estaràs cansado y disfrutaràs el descansar. Si no, el hastìo te matarà de nuevo mil veces màs y màs allà del despuès. Pìa, pìa, pìa, hasta siempre, hasta el ùltimo suspiro, vive aùn mientras mueres, que no importa cuànto evites hacer, cuànto te escondas de la vida, a la vida, no te vas hasta cuando has cantado tu ùltima canción.
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
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