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Categoría: Románticos

La llamada

El teléfono sonaba... otra vez. Era la sexta vez que lo hacía en el correr de la tarde. Ya me estaba acostumbrando a su sonido y ahora ni me molestaba en ir a atenderlo. Si fuera algo realmente importante me habrían venido a avisar personalmente; además las anteriores veces nunca nadie me respondió desde el otro lado de la línea.
Luego de sonar cuatro o cinco veces repentinamente se calló. Era como si estuvieran jugando conmigo, con mis nervios... con mi conciencia.
Si hubiera comprado aquel captor de llamadas que me habían ofrecido hacía unos quince días (cuando me pasó lo mismo que esta tarde), todo sería distinto: una vez obtenido el número de mi misterioso amigo telefónico podría “devolverle” la llamada y hacerle ver que su juego había sido descubierto; y en caso de que resultara ser un loco (como tantos que andan por ahí), con darle el número a la policía hubiera bastado, ellos se encargarían de él.
Pero dentro de mí tenía la rara sensación de saber quién repetidamente estaba llamando. Era más un deseo que una seguridad de que fuera ella. Desde nuestra separación nunca más supe qué fue de su vida: qué hacía, dónde iba, o si había vuelto a enamorarse. Aunque sinceramente sabía que esto último era improbable, lo nuestro fue muy fuerte como para ser olvidado en sólo cinco meses. Si hasta para mí (que fui quién terminó con nuestra relación) era difícil seguir adelante, no quiero ni pensar qué habrá sido de ella.
Aquella última vez, con los ojos llenos de lágrimas me suplicó que lo intentáramos nuevamente, que estaba dispuesta a dejar toda su vida a un lado por poder seguir estando conmigo. Simples palabras que pronunciadas por sus temblorosos labios parecían querer penetrar en mi duro corazón, el cual intentaba limpiar todo vestigio de ella que en él quedaba.
Fui un estúpido, creí no amarla y ahora que ha pasado el tiempo, me doy cuenta de que la amaba... y de que aún hoy lo sigo haciendo. Aquel día mi orgullo superó a mis sentimientos, pero creo que aun estoy a tiempo de remediar mi error. Ahora sé que realmente la amo y que nunca debí abandonarla... pero aun puedo volver sobre mis pasos para que nada ni nadie nos vuelva a separar por el resto de nuestras vidas.
Me senté junto al teléfono y esperé que volviera a sonar. Podría llamarla pero no me animaba, sería más fácil si ella diera el primer paso. Ahora ya no la dejaría escapar de mi vida.

* * *

Pasaron muchas horas y, cansado de esperar, fui vencido por el sueño. Dormitaba en el sillón cuando a las cinco de la mañana me despertó el teléfono. Creí que sería ella, pero para mi sorpresa era su madre. Mientras lloraba intentó explicarme lo inexplicable: su hija se había envenenado luego de estar gravemente deprimida desde hacía cinco meses.
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 6.02
  • Votos: 41
  • Envios: 1
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Comentarios


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5 comentarios. Página 1 de 1
Alejandra
invitado-Alejandra 17-05-2003 00:00:00

bueno pues muchas felicidades es un cuento verdaderamente hermoso y creo que va a servir de reflexion a muchos, sigue escribiendo por que lo haces muy bien y felicidades nuevamente.

carolina
invitado-carolina 01-05-2003 00:00:00

es el cuento mas horrible que lei en mi vida ademas tiene un gran humor negro. pero igual ¡felicidades! aunque no se porque...

jaki
invitado-jaki 25-04-2003 00:00:00

me gusto mucho tu cuento, sigue escribiendo tienes un gran futuro, espero encontrar mas cuentos tuyos

Giss
invitado-Giss 24-04-2003 00:00:00

Qué tristeza!!!! En verdad, me conmoviste!!!! Espero que el relato no haya sucedido en la vida real......Sería un gran golpe para la sensibilidad de muchos..... Más allá de la desolación del relato, está muy bueno, felicidades!!!, continúa escribiendo! Gracias por compartir tus relatos!!!! Att: Giss

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 24-04-2003 00:00:00

Francamente kafkiano. Una historia sorprendente y real, que nace del malentendido orgullo, siempre confundido con el amor propio. Un 10.

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