Cuenta una vieja historia, que en un país distante se encontraba una rana junto a un bello estanque, ésta se disponía a entrar cuando derrepente apareció un alacrán y le dijo: -amiga rana ¿que haces?, y la rana le respondió: -estaba a punto de entrar en el estanque, ya que mis hijos me esperan ahi, y el alacrán volvió a hablar,-amiga rana, no seas mala onda hazme un gran favor, llevame al otro lado del estanque sobre tu lomo, ya que yo no puedo cruzar por mis propios medios, la rana con un poco de temor le contestó: -eso no puede ser posible, ya que tu eres alacrán y me picarías sin duda alguna.
-confía en mi -replico el alacrán- puesto que quiero un favor y no podría pagarte mal.
esta bien -asintió la rana-.
El alacrán subió al lomo de la rana y comenzaron a cruzar juntos el estanque, pasando un poco mas de la mitad del estanque el alacrán levantó la cola y la ensarto en el lomo de la rana.
la rana triste y desepcionada volteo a ver al alacrán y le preguntó: -¿porque lo hiciste alacrán?, tu lo habías prometido.
y el alacrán confundido y lleno de pena respondió: -no se por que lo hice, ¿será por que soy alacrán?.
No te lo tomes a mal, y no es que quiera generalizar, Miguel, pero no crees que este cuento es un espejo de lo que hacen muchos hombres? Suplican para estar con una mujer, pero si la han engañado una vez, ten por seguro que lo van a volver a hacer. Puede que alguien que esté leyendo esto no piense así, pero a mi la vida y la poca experiencia que tengo, me dice que el hombre es un animal que piensa la gran mayoría de veces con sus genitales. (con perdón) Ahí queda eso!