La niña del lago
Como todos los días cálidos de verano, José se levanta temprano y va rumbo al lago, que le invita a disfrutar de su ancha frescura.Cierto día mientras se sumerge el abrazo azul de sus aguas, un murmullo de gotas se alza hasta él, y aparece delante de sus incrédulos ojos, la visión más maravillosa, una bellísima niña, que le sonrie tiernamente.
Desde ese día, y por incontables más, José acude a su mágica cita,con la precisión de un reloj, siempre al alba, antes de que el sol aparezca y que el canto de los gallos, desgarre el silencio, esa era la condición para que pudiera encontrarla, cada vez, siempre que iba..
Pasaron los años, José y su niña del lago continuaron encontrándose,siendo inmensamente felices en los pocos minutos que duraban esos momentos de magia y esplendor.Cierto día mientras disfrutaba de su conpañía, el sol, cual espadas de fuego, sacó sus rayos de luz a través del horizonte, José y la niña, no se dieron cuenta, en ese preciso instante, ella se convirtió en un murmullo de gotas que se escurrían por el cuerpo del muchacho,un grito de desesperación, rompió el silencio....los gallos a lo lejos cantaron.....
Después de esto, José volvió cada día con la esperanza de volver a ver a la niña del lago, pero más nunca apareció.José, se sentaba en medio del patio de su casa y con odio inmenso miraba hacia el sol, tratando de apagar su brillo, hasta que un día él perdió la luz de sus ojos.
El tiempo que todo lo cambia, pasó implacable y José, viejo y lleno de arrugas agoniza de
rodillas de cara al sol, finalmente muere....
Allá en el lago, se escucha un murmullo de gotas, de risas, de júbilo, y en medio de las aguas aparece más bella que nunca, la niña del lago, extiende los brazos y sujeta las trémulas manos de José... juntos se transforman en miles de gotitas cantarinas..que susurran y ríen...
Hoy hay quienes tienen el privilegio de verlos a la niña y a José, finalmente juntos....finalmente eternos.