Había una vez; en una granja cerca del bosque habitaban 4 niños. Estos vivían solos, puesto a que eran huérfanos.
La mayor se llamaba Laura y contaba solo con 12 años; ella se encargaba de cuidar a sus hermanitos. Miguel, el que le seguía tenia 10 años, Marce la mediana de 8 años y Félix él más pequeño de 5 años.
Laura como era la mayor, se levantaba tempranito a preparar a sus hermanos para ir a la escuela. Miguel se encargaba de los animales: la vaca, el caballo y los cerdos. Marcia iba al granero a recoger los huevos, en fin a pesar de no tener muchos recursos cada uno tenia su oficio y se valían por si mismos para poder comer.
El mediano ordeñaba las vacas iba al pueblo a vender la leche, para así comprar el pan y algo mas que le hiciera falta.
Estos niños además de ser muy pequeños eran bastante inteligentes, puesto que como ven se las ingeniaban para sobrevivir.
Un día laura venia de buscar agua se encontró con el hijo del rey; el joven andaba de paseo en su hermoso caballo, y le ofreció llevarla a su casa, pero esta se niega rotundamente. Él insiste tanto que la convenció.
Cuando laura llego a su casa, sus hermanos se asombraron al verla llegar con el hijo del rey, al cual ellos respectaban mucho, porque era un rey muy bueno con todas las personas del pueblo. De pronto el hijo del rey le pregunto con voz dulce; ¿Cuál es tu nombre? Y ella le respondió apresurada; Claudia, ¡Claudia! Bonito nombre dijo, ¿cuando puedo volverte a verte? !Me gustaría que fuéramos amigos! ¿No te gustaría? Dijo el pequeño príncipe.
Y ella respondió, claro que me encantaría, pero dime algo, ¿ Cómo es que tu siendo el hijo del rey desea tener amigos como yo? A lo que él respondió, ¿Porque lo dices? Y ella respondió, porque el hijo de su majestad no habla con la hija de un granjero. Pero cuando él iba a decir que no le importaba de quien fuera hija, para ser su amiga, se escucharon unas voces llamando al pequeño príncipe, eran sus guardias ya lo andaban buscando, puesto que se había tardado mas que nunca.
El se despidió diciéndole te veré mañana en el río._ Y Claudia contesto felizmente ¡Adiós alvin.
Cuando Claudia entro a la casa sus hermanos comenzaron a hacerle preguntas. A la que esta contesto._ Niños no hagan preguntas y vengan a cenar.
Al día siguiente como todas las tardes Claudia fue al río a buscar el agua; y allí encontró al príncipe Alvin, lo saludo nerviosa, hablaron toda la tarde de cosas que ellos creía que eran importantes. _
Esto se convirtió en rutina, todas las tardes se veían en él rió y duraban la tarde entera hablando, y él la llevaba a su casa.
Una noche ella les dijo a sus hermanos que estaba enamorada de alvin, pero que no sabia que hacer, puesto a que el nunca se fijaría en ella.
Pero ¡qué pasa! Que alvin también se había enamorado de ella y le confeso a su nana y esta le dio un consejo; el consejo que ella le dio fue que se la presente a su padre para ver que dice o que opina de esa niña. Alvin así lo hizo, una tarde le dijo a ella que lo acompañara a su palacio que su padre quería conocerla.
Cuando Laura llega todos se la encontraron muy linda, y el rey le dijo a ella que era tan hermosa como una princesa.
Pasaron 8 años y Laura se convirtió en una jovencita muy actrativa y coqueta.
Pero en todo ese tiempo Alvin nunca le dijo ni una palabra de amor, sólo fueron buenos amigo.
Una tarde, como de costumbre, Laura fue al rió a buscar el agua; el príncipe se decide hablarle, de amor y le dice: ¡Laura cásate conmigo! A lo que ella respondió asombrada ¿Qué dices? ¿Que me case contigo?
Y el príncipe vuelve y le dice que te case conmigo, quiero que seas mi esposa; y Laura con una sonrisa en sus labios le contesto ¡si acepto casarme contigo! Pero primero tienes que hablar con mis hermanos.
Esa noche Laura hizo una cena especial puesto que el rey iba a pedir su mano y hablar con sus hermanitos; sus hermanitos estuvieron de acuerdo.
La boda se programo para el domingo; y todos los del pueblo estuvieron invitados a la hermosa celebración.
Ese día Laura estaba más hermosa que nunca, estaba tan linda que parecía una princesa.
Se casaron y se fueron a vivir al palacio que le había obsequiado el rey para que fuese su casa.
Sus hermanos vendieron la granja puesto que el rey los invito a vivir con él, porque se sentía solo ya que su único hijo se había casado.
Laura y Alvin tuvieron dos hermosas niñas, a la que bautizaron con el nombre de Laurel y Alicia.
Estas sí que fueron dos hermosas estrellas que desafiaron el firmamento. Es una hermosa historia de amor nacido en un ambiente sin prejuicios.