Aladdino enciende un pucho y sentado sobre una alfombra voladora, crea anillos de humo mientras los observa elevarse voluptuosamente, -son mios, los acabo de crear carajo, hice algo además de ser famoso-.
Sentado al lado de una vieja tetera oxidada en medio de un basural, ni sabe que se encuentra en el siglo 21 y lejos de su poblado natal allá en Oriente. Repentinamente siente unos pasos que se aproximan y de un salto se introduce en la tetera con pucho y todo, adentro está oscuro y un humo espeso pone cada vez más densa la situación, no puede contener la tos y maldice como un carrero. Se siente expulsado al exterior y oye una voz que le dice; -genio, ahora tienes que concederme tres deseos, si no quieres que te introduzca en la làmpara de nuevo -, incrédulo Aladdino lo mira y le dice:- si te concedo los tres deseos me dás un faso?-,-Genio, recién se me terminaron- dícele apenado - entonces metéme en la tetera que me olvidé el atado adentro.
Y se metieron los dos, porque los deseos del mendigo eran:
" un cigarrillo, fuego y un amigo con quién charlar."
Desde entonces es que la lámpara maravillosa está un poco contaminada.