De repente sentí como en mi interior corría un calambre incontrolable, subía de mis pies, sentí como recorría todo mi cuerpo, como llego a mi cabeza y no pude entender como había pasado, pero esas letras de fuego, pude leerlas claramente y entenderlas perfectamente. El ángel, después de haber enviado la plegaria, se levanto y me dijo:

- Cruzaras la puerta maldita, se te harán revelaciones que despejaran los grandes misterios que darán pie a la última esperanza.

Un miedo terrible me estremeció, y antes de que pudiera preguntar más nada, el ángel me dijo:

- No tengas miedo, estas marcado con la señal única, los demonios te podrán ver y hablar, pero nunca podrán tocarte, ni en tu alma ni en tu mente. Ve pues y despeja las dudas que han prevalecido a lo largo de milenios. Te otorgo esta balanza y esta espada, su utilidad la encontrarás mientras deambulas por el espacio indicado.

A partir de ese momento no volví a verlo, baje cautelosamente del peñasco y cuando puse mi pie sobre ese suelo de fuego, me percate que a mi no me quemaba, me perdí entre esa multitud, nada comparado con lo que percibí en las alturas, estando entre ellos rozándolos y tocándolos, se desprendía un sufrimiento incontable.

Supe entonces que se encontraban almas de diversas ideologías y culturas, me di cuenta por las miles de lenguas que hablaban, todas diferentes pero entendibles a mi saber, camine por entre ellos, no me podían ver o sentir, se arremolinaban, gritaban, lloraban.............sufrían.

Poco a poco me fui acercando a la puerta, era increíble, nadie quería cruzar la puerta, pero no se negaban, sabían perfectamente que tenían que hacerlo y el simple hecho de pensar que así tenia que ser, entendí el sufrimiento y el dolor que sentían, al mismo tiempo me sentí aliviado de no ser uno mas de ellos.

Llegue entonces a la puerta, majestuosa por si sola, una fuerza me empujaba hacia el interior, al lado mío miles de almas teniendo la misma sensación, trataba de no entrar pero la fuerza me dominaba, alzo en todo lo alto la balanza y en ese momento deje de sentirla, una voz aguda se escucho dirigiéndose a mi:

- Tu no eres como estos, tu no perteneces a este reino, ¿qué buscas aquí?

Logre distinguir otra voz que contestaban la pregunta:

- Que no ves que tiene la señal única, el secreto que sabemos se dará a conocer

Otra voz totalmente diferente y con autoridad replicó:

- Veo que traes la balanza de oro, la balanza que distingue quien debe de estar y quien no, eso te ha salvado de entrar al abismo negro de los malditos. Ha dado inicio lo anticipado por millones de lustros, estamos preparados.

En ese momento vi a los dueños de las voces, tres demonios, los tres demonios guardianes de la puerta, supe que el último en hablar era el de mayor autoridad entre ellos, llevaba en la frente un símbolo que los otros dos no lo llevaban, creo que es el símbolo de jerarquía, además logré diferenciarle por una segunda marca que llevaba gravada con fuego en el pecho. El me observo y dijo:

- Puedes entrar, nadie te hará ningún daño si no interfieres en lo que ves, oyes y sientes, el secreto será revelado y estamos preparados para ello, otros han venido en tu lugar, tu eres el último y con ello se cierra el circulo, anda pues.

Desaparecieron de mi vista, empecé a caminar, un panorama indescriptible a mi alrededor hacia que observara cada detalle, vi el destino de aquellos que estaban afuera y que cruzaban la puerta.


Continuara...........