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Categoría: Hechos Reales

La venda traicionera

- Hoy, ¿no tenías que salir con Nona?
- Sí, en efecto, en eso habíamos quedado. Pero al fin he desistido y por eso te he llamado para encontrarnos y pasar la tarde juntos.
- La verdad, que me sorprendes. Tú, tan enamorado, que me hiciste dar contigo tantas vueltas por las calles persiguiéndola, hasta que por fin te aceptó. ¿Y ahora me dices que no vas a buscarla...?. No te entiendo. ¿Qué ha ocurrido entre vosotros dos?
- Sí, admito que por su culpa hice bastante el ridículo, persiguiéndola por todas partes, espiándola, y, lo peor de todo, que de noche y de día no podía sacarla de mi pensamiento.... Y es, que no negarás, que es tan hermosa que su sola presencia me enajenaba.
- Reconozco que hermosa si que lo es, probablemente de las mujeres más lindas que yo conozco. Por eso me sorprende mucho más que para pasar la tarde me hayas preferido a mi, en lugar de gozar de la presencia de esa belleza. Y lo que más me confunde es que me digas, en pasado, que te enajenaba. Es decir ¿qué ahora ya no te enajena?
- La verdad que no. Y aún te diré más: ¡me aburre...!
- ¡Inaudito! El hombre que llegó a hincharme la cabeza con su Nona del alma, que no le dejaba comer y mucho menos dormir y, lo peor de todo, estudiar, resulta que ahora le aburre... ¡Inaudito!, vuelvo a recalcarte.
- Bien está! Te explicaré las razones y lo comprenderás fácilmente. Los primeros días, el mero hecho de contemplarla absorbía todas mis potencias, y el que me considerase el predilecto entre sus amistades, me llenaba de orgullo, pues tenía constancia de lo requerida que era. Pero, hasta a la belleza llega uno a habituarse. Y cuando ese arrobamiento fue sustituido por unas apetencias más en consonancia con el trato normal de la pareja, entonces vino el descalabro.
- ¡Vaya...!, ¡que intentaste besarla y ella se negó!
- No anticipes acontecimientos, que todo llegará.
- Bien; pero me tienes en ascuas por conocer lo ocurrido.
- Pues deja que te explique y no me interrumpas. Uno de los días que fuimos al cine, intenté coger su mano y pasarle el otro brazo por la espalda, y con frialdad y muestra de desagrado impidió que lo hiciera. Yo me abstuve de nuevos intentos y así discurrió la sesión. Entre que la película era francesa, sin doblar, y con diálogos interminables con ínfulas filosóficas, según nos tiene acostumbrados esa filmografía de allende los Pirineos, no quieras saber lo que llegué a aburrirme. Pero a la salida del cine, vino lo más bueno. Nona se enfrascó en comentarme la película. Y no quieras saber la de tópicos, que para su mayor contundencia aducía el testimonio de filósofos que los aseveraban, que fue desgranando a lo largo de aquella media hora que tardamos en llegar a su casa.
- Hombre, eso es para enorgullecerte, que además de guapa sea letrada.
- ¿Me tomas el pelo...? Bueno, ese fue el primer vislumbre de lo que iban a ser nuestras relaciones. Un día le planteé la cuestión de la interrelación de apetencias que se manifiesta en cualquier pareja normal que se gusta. Y ella, tajante, me contestó que la interrelación entre personas cultas debía limitarse a la que surge de una buena comprensión de los espíritus, que es donde radica el sentimiento ideal.
- ¿Qué más quieres? Parece como si te doliera, el que Nona sea tan espiritual.
- Pero ¡bueno!, ¿es que te estás choteando de mí? ¿Acaso tú aceptarías a una mujer, que cuando estás soñando en abrazarla y demostrarle toda la ternura que encierra tu corazón por ella, se manifiesta como un mamotreto filosófico, plúmbeo e inoportuno?
- Viniendo de la mujer que amo, yo lo aceptaría todo.
- Dios quiera que no te encuentres en ese trance. En fin, que Nona, en cada salida que hacíamos, no dejaba de endilgarme una pretensiosa conferencia sobre cualquier cuestión, intercalando un montón de citas científicas que me dejaba amilanado. Si bien en un principio me sorprendió su facundia y hasta me causó admiración. Llegó un momento que me aburría tanto, que no tenía otro deseo que el de dejarla en su casa y despedirme. Por eso hoy, he pensado, que mejor que aguantar su ciencia enlatada, lo pasaría más divertido contigo.
- Alabo tu decisión, pues yo contigo lo paso de coña. Pero tus razonamientos me llevan a una lamentable y triste conclusión. Que la pareja, como tal, existe mientras hay atracción no vinculada al respectivo carácter de las personas que la integran. Pero cuando el carácter de cada uno sale por sus fueros, la pareja se desmorona. Resumiendo, que cuando cae la venda, la relación de pareja se convierte en un pandemónium.
-Muy cierto. Y la prueba evidente la tienes en el sinnúmero de divorcios que ocurren diariamente.
-La suerte tuya es, que la venda te ha caído antes del matrimonio. Te felicito cordialmente.
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
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1 comentarios. Página 1 de 1
Crystal I
invitado-Crystal I 15-11-2003 00:00:00

tanto por este cuento como por su continuación. Sin embargo debo decirte que no estoy de acuerdo con esa conclusión final. Creo que a pesar del tiempo puedes seguir entendiendo perfectamente a tu pareja aunque bien es cierto, que como se refleja en este relato, cada uno tiene su manera de ver las cosas y esta claro que a veces eso trae problemas. En fin te reitero mis felicitaciones. Un saludo

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