El día pasó como todos,sin nada que la hiciera pensar en algo especial.Ni sus recuerdos hoy la atormentaban,decidió salir,hacía mucho que no lo hacía.
Al salir a la calle,sintió un frío que le heló los huesos,casi nevaba.
Caminó sin rumbo fijo,al cruzar la avenida,fue cuando lo vio,ahí parado frente a una vidriera de juguetes,iba donde él se encontraba,creyendo que sus ojos la engañaban,no podía ser él.
Vinieron como flashes recuerdos de aquel apuesto joven,a quien amó,pero a medida que iba acercándose,comprobó que sus ojos no le engañaban,era él.Flaco,avejentado,sus cabellos casi blancos,sintió que el corazón iba a salírsele del pecho.
Se arrimó y quedó junto a él unos segundos hasta que ya tranquila le tocó su brazo.
Muy lento se dio vuelta y la vio,desconociéndola ,entonces ella lo habló y fue en ese momento cuando la reconoció.Sólo atinó darle un fuerte apretón de manos,y un hola muy difuso.
Hacía mucho frío,le dijo de ir al bar aquel donde solían verse siempre.Accediendo él,caminaron uno al lado del otro,en silencio.
Al llegar comprobó que aquel hombre,no había perdido su caballerosidad,fue amable al abrir la puerta,al arrimar su silla.
Se miraban en silencio,el tomó aquellas manos con esa piel tan suave por los años,ella sintió el calor que emanaban de las suyas y vinieron a su mente tantos recuerdos hermosos.
Fue Fernando quien habló primero,contó con detalles su estada fuera del país,sus alegrías,sus lágrimas de estar tan lejos,de ver pasar la vida,solo.
Ella lo escuchaba atenta,mirándolo como solía hacerlo cuando no imaginaban la soledad.
Recordó en un instante la despedida.Lo habían decidido los dos,él debía partir por razones de trabajo,Alejandra no podía acompañarlo.
Eran jóvenes,bellos,con todo un camino por delante,se amaban con locura,la felicidad los acompañaba a diario.
Pero llegó el triste día de la partida,lo vio subir al avión,con él se iban sus sueños,sus ilusiones,su vida.
Al principio las cartas llegaban sin esperarlas,a medida que el tiempo transcurría,iban haciéndose más distantes,hasta que llegó un día en que no supo más de él.
La vida comenzó su doloroso camino,la soledad la invadía cada vez más,hasta llegar a no salir de su casa por días y días.
Así transcurrieron largos e interminables años.
Su juventud pasó,sus ojos perdieron el brillo de aquellos años jóvenes,sus cabellos encanecidos aun guardaban un dejo de lo bello que eran.
Ante un roce de él,reaccionó y volvió a donde estaba ahora,junto a él.
Siguieron conversando,contándose todo o casi todo.El de su trabajo,ella de sus cosas.
Así sin darse cuenta pasaron las horas sin que notaran el tiempo transcurrido.
Se ofreció llevarla a su casa,al llegar al estacionamiento,ella pidió regresar caminando juntos.
La noche los tomó en su seno haciendo que sus pasos recordaran aquellos pasos perdidos.
Por momentos hablaban todo,otros sólo sentían el leve roce de sus manos al andar.
Se tomó con naturalidad de su brazo,casi colgándose,el apretó su mano en la de ella.
Al llegar a su casa,Alejandra volvió a mirarlo a los ojos,diciéndolo "estás acá".Ante ésto la abrazó con fuerzas,sus ojos dejaron caer una lágrima que ella sintió tibia en su cara.
Se despidieron con la promesa de un llamado pronto.
Entró a su casa con el corazón nuevamente a punto de estallar,y se paró frente al espejo,fiel compañero ,quien le decía cómo iban pasando los años.
Pero notó que sus ojos brillaban,habían recobrado el brillo.
Ya en su habitación,miró hacia uno y otro lado y vio todo de colores vivos;se acostó y cerrando los ojos,soñó despiera con el mañana,que vendría acompañando el sonar del teléfono.
Se dispuso a dormir,sintiendo que la vida volvía a ella,él había regresado...


Continúa......