Hace mucho, mucho tiempo...( porque de por si cada cuento es el mas viejo) existía en un reino muy, muy lejano...(porque de por si cada cuento es el mas lejano), una princesa, la mas bella de todas...(ya que de por si la princesa de cada cuento es la mas bonita) llamada Ladia Zil.

Cierto día Ladia Zil sintió en su pecho las mariposas de la soledad, y fue entonces cuando como una ráfaga de destino decidió que era hora de buscar un hombre que la acompañara por el resto de su vida. Y fue así entonces, como se regó la noticia por todo el reino y por todos los reinos del mundo, de que Ladia Zil, el arca de la belleza, que mas bien parecía una ninfa, una bella diosa, escogería un hombre como su esposo.

Como era de esperarse semejante belleza atrajo miles de criaturas de las cuales se tenia conocimiento, tanto humanas, como no humanas animales y del mas allá.
El día de la elección, había tantos pretendientes en la plazoleta del palacio que si tan solo uno de ellos hubiera hecho un movimiento, por insignificante que este fuera........
..........pailas.........la catástrofe habría sido inminente, de proporciones épicas, y pues cabe rescatar que allí se encontraban todos los hombres animales humanos y no humanos o seres del mas alla que usted quisiera, los había altos, flacos, peludos, calvos, ricos, pobres, feos, bonitos......en fin......de todo se podía encontrar.

Por fin, Ladia Zil hizo pasar al primero al cuarto donde ella se encontraba, al llegar alli, Ladia Zil le dijo: “andad, noble caballero y retirad la sabana para que en la cama tu cuerpo y el mío puedan fundirse en la mas preciosa aleación de amor”.....lo cual traduciéndolo al léxico actual quería decir que por favor quitara la cobija para que hicieran el amor. Mas se demoro ladia zil en decir eso que el hombre en estar quitando la cobija, la llevo a la vista de ladia zil pero ella le hizo saber con un gesto que aun quedaba otra cobija.... el hombre quito la cobija y... otra cobija?... quito la cobija y otra cobija, quito la cobija y otra cobija, quito la cobija y otra cobija y así... infinitamente.

Hizo pasar al segundo y a este le dijo: “andad, cortes hombre, y quitad la cortina para que yo me pueda desnudar tranquilamente a la luz del sol” acomodándolo a nuestro vocabulario quería decir que por favor quitara la cortina para que le pudiera hacer un strip. Claro... no fue si no decir eso y el hombre pego un salto sobrehumano y quito la cortina y la llevo a la vista de Ladia Zil, pero esta con un gesto le hizo saber que hay...todavía quedaba otra cortina...quito la cortina y....una persiana?... quito la persiana y otra cortina, quito la cortina y otra cortina, quito la cortina y otra cortina y así....infinitamente.

Hizo pasar al siguiente y a este le dijo: “andad, vos gentil caballero y abre aquella puerta para que podamos pasar a un cuarto mas digno de nuestros cuerpos” o bien que por favor fuera y abriera la puerta para que pasaran a una cama mas grande.
El hombre dio un salto animal y abrió la puerta y que es esto?...........una cortina, quito la cortina y una puerta, abrió la puerta y otra puerta, abrió la puerta y otra puerta, abrió la puerta y otra puerta y así......infinitamente.

Así siguió con todos los hombre animales, humanos y no humanos o del mas alla, hasta el ultimo.....un tipo.......flaco, flaco, flaco, flaco...peludo, peludo, peludo, peludo... feo, feo, feo, feo... desnutrido, desnutrido, desnutrido, desnutrido......!no era yo¡ que conste, ¡no era yo¡,....quien decía tener en sus manos el sonido del mundo, y Ladia Zil, el arca de la belleza, mas bella que la belleza misma lo eligió a el, no sin antes encomendarle una tarea.....hacerle el amor.....que al igual que todas las demás también fue infinitamente...