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Cuento
Categoría: Románticos

Lágrimas de luna

Mucho tiempo atrás, en un país lejano, un buen sastre y su esposa vivían en una pequeña aldea cerca de las montañas.
Hacía muchos años que estaban juntos, y eran muy felices.

Pero un día, un día de invierno de esos en los que la niebla parece la siniestra frontera entre la Tierra y el Infierno, el sastre cayó terriblemente enfermo. Y el mal que le había atacado era desconocido para ellos.
Rápidamente, su mujer acudió al médico de la aldea.

- Es una enfermedad muy rara, sí - convino el doctor - pero afortunadamente hay un remedio para curarla.
Para que tu marido sane, deberá comerse una flor llamada lágrima de luna, que crece junto a las cascadas del corazón de la montaña. Pero deberá comérsela entera, con raíces y todo. La única limitación es que tiene que ser de noche, cuando estas flores se abren.

Al oír aquello, los ojos de la mujer se iluminaron. Después de dar las gracias al médico, corrió a su casa.
Preparó una cesta con víveres y montando a su marido enfermo en el viejo asno que tenían, partió en busca de la lágrima de luna.

El trayecto fue duro, bajo la lluvia, arañados por la espinosa maleza de algunos tramos de la vereda, cansados, con frío,.....pero al fin, tras un día entero en camino, llegaron a los acantilados.
Ante ellos se abría majestuosa la Garganta del Lobo.
La mujer enseguida vio las flores. Formaban pequeños grupitos, junto a las rocas próximas al acantilado, y eran de un color blanco reluciente.
Pero desgraciadamente, aún era pronto para verlas abiertas.
Con sumo cuidado, recostó a su esposo sobre la fina hierba y a pesar de que éste ya tenía puesto un anorak, se quitó el suyo y se lo echó por encima. Luego fue a buscar leña para hacer una hoguera.

Sentada al calor del fuego, observó a su marido, mientras le acariciaba el cabello y el rostro con suavidad. Éste se veía realmente mal, y no dejaba de tiritar y toser.
Poco a poco, el sol fue ocultándose y las estrellas empezaron a brillar tenuemente sobre la garganta. De pronto, el sastre empezó a echar sangre por la boca, y su respiración se volvió muy irregular.
Aquel extraño mal pronto acabaría con él.

Entonces su esposa, llena de desesperación, miró hacia las flores. Bajo la luz de la luna, sus oscuras siluetas temblaban levemente.....¡estaban comenzando a abrise!.
Tras varios segundos que parecieron horas, por fin se abrió la primera.
Rápidamente, la mujer se levantó y arrancándola con cuidado, se la dio a comer al sastre.
Apenas habían pasado unos instantes cuando, como por arte de magia, éste quedó completamente curado.

- Mi amor, me has salvado la vida - dijo mientras una lágrima le caía por la mejilla.

Y acto seguido, se incorporó y la besó.
Después ella se puso de nuevo su abrigo y se sentaron sobre la hierba, y bajo el techo de estrellas que alumbraban aquel precioso lugar, se besaron apasionadamente.

FIN
Datos del Cuento
  • Categoría: Románticos
  • Media: 5.48
  • Votos: 60
  • Envios: 2
  • Lecturas: 1434
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Juan Andueza G.c
invitado-Juan Andueza G.c 24-02-2003 00:00:00

Desde el comienzo, la historia me atrapó. Está muy bien escrita. Pero el final creo que merece un cambio, me parece demasiado ingenuo. Saludos.

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