En lo dormido, cuando nada se divisaba ocurrió:
Hace mucho tiempo, en uno muy lejano, Cuando alaska, separada del mundo, se alzaba imponente ante un océano cálido, las criaturas reinaban ese imperio de hielo y nieve. Se comportaban cuales dinosaurios en su época, criaturas que nunca llegó a divisar el hombre, mitos, leyendas, no dejaron ni rstro después de su aparición.
Las criaturas que allí reinaban eran descomunales; Un pequeño Undalard corría por las laderas de nieve, la Vrinet Vigilaba desde las alturas, Y un gigantesco Guferbie Buceaba por los océanos.
Algunos Markopus planeaban para luego aterrizar en sus cuevas, y echarse un largo sueño de algunos días; aunque los activos Krilians, grandes excavadores,insignificantes pero matones, pensaban en despertarlos.
Solo una especie sobrevivía en su mente el deseo del liderazgo, uno tenía que guiarlos y mandarles, un enemigo, El único de Alaska:
Un Greming, grande, negro. Un dragón con pelo, unas garras grandes. Unos dientes hechos para triturar, una mente destructiva. El terror de Alaska. Su aliento expulsaba fuego al espirar. Derretía el hielo, y su único deseo era dominarlo todo. De gran tamaño, unos 15 metros, esperaba en una colina helada, de una longitud gigante, el momento. El momento de fumigarlo todo. La pureza, la blancura de Alaska era atacada por el y defendida por Las criaturas.
Los markopus y las Vrinet se iban volando. El Guferbie, más grande aún que el Greming, resignado, emprendia su viaje a otros mares. Los krilians se enterraban en la nieve y excavaban para encontrar otro lugar. El único animal que no podía escapar era en undalard, una especie de caballo ártico, con largas extremidades, con unas crines más largas de lo normal, y unas pupilas verticales, capazes de penetrar cualquier corazón. Su aspecto era algo misterioso,pero realmente era tímido. Unos veinte ejemplares sobrevivían. El Greming estaba bajando, con sus imponentes alas peludas, sus cuernos amenazantes y sus grandisimas garras, con las que desgarraba el hielo.. y sus presas, Krilians de mala suerte.
Los undalards, valientes, observaban como el Greming se dirigia hacia ellos, planeando lentamente y amenazante, un punto negro entre la blancura del cielo ártico. Un viento nórdico sacudio las crines de los caballos. Cuando estaba a unos seis metros, Todos saltaron hacia el. El greming tiraba fuego, Y la valentia impulsaba a los undalards. De un zarpazo, el Greming mató a dos Undalars. Así fué expirando fuego y desgarrando a las criaturas, mientras estas le pateaban y herian. El último Undalard herido de muerte se abalanzó sobre el Greming, el cual le tiró al suelo de un zarpazo. El caballo lanzó un relinche mágico. Se puso de pie sobre dos patas y relinchó. Los demás caballos muertos desaparecieron, él también. Al poco tiempo, unas estelas de fuego se divisaban en el cielo. Los undalards, convertidos en un efecto; Las veinte estelas se abalanzaron sobre el Greming. El impacto hizo vibrar toda la tierra. El Greming quedó atrapado en el núcleo de planeta,petrificado. Solamente pudo reinar sobre su propio ser. Las estelas de fuego desaparecieron en el universo, aterrizando sobre otros mundos. Poco después, aparecieron otra vez los caballos, en ese mundo desconocido. Allí se quedaron, libres, con una paz propia.
Y se despertó el sueño...