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Categoría: Hechos Reales

Oro puro

Caminaba un día por la calle en direcciòn a la escuela de baile que frecuentaba.
Iba tres días por semana, y hacía siempre el recorrido hasta allí a pie con objeto de precalentar las piernas antes de la lección de baile flamenco.
A menudo caminaba absorta en mis pensamientos, pero algunas veces hacía el trayecto entrenándome con las castañuelas,
repiqueteando ora con una mano, luego con la otra.
Evitaba tocar ambas a la vez para no armar demasiado jaleo y llamar así la atención de los posibles transeuntes.
Ese día, sin razón aparente para ello, me asaltó un pensamiento repententino.
„Mira hacia el suelo...encontrarás algo“, oí decir a una voz que surgía de mi interior.
Inicialmente pensé que era una voz surgida de mi subsconciente.
„Qué absurdo“, pensé...
Porque la voz me decía que encontraría oro...
„Como si fuese una encontrando oro a puntapies por la calle...", me dije a mí misma con cierta sorna.
Traté de ignorar y desechar de mi mente ese pensamiento tan descabellado.
„Encontrarás oro...oro puro“...reiteró la voz...
Esta vez,por su tono imperativo,como tratando de convencerme de que por absurdo que pareciese debía tomarlo en serio,dudé que fuese mi subsconciente.
Su insistencia logró que a partir de ese momento
caminase mirando la acera,buscando el oro que supuestamente debía encontrar,si bien acompañada de cierto escepticismo.
En el transcurso del camido de ida no encontré nada, de hecho.
Pensé: „si vuelvo con el autobus, perderé quizás la posibilidad de encontrarlo...“
Decidí entonces que recorrería también a pie el trayecto de vuelta a casa.
Pero tras llegar a la escuela de baile y comenzar la lección, me olvidé de ello.
Al finalizar no lo recordaba ni remotamente ; me encaminé hacia la parada del autobus,
donde constaté que acababa de pasar y que tendría que esperar casi un cuarto de hora hasta la llegada del próximo.
Comencé a caminar de regreso a casa porque prefiero hacerlo así a esperar impasible la llegada del autobus cuando se demora tanto,
dado que el tiempo de espera es aproximadamente lo mismo que tardo en recorrer el trayecto a pie.
Llegué a una plaza cuyo nombre es Plaza de la Fuente dorada, donde me detuve unos instantes para beber agua en la fuente emplazada allí,
que por cierto, de dorada sólo tiene el nombre, pero ni siquiera éste me recordó la insistente vocecilla que hora y media antes resonaba en mi cerebro.
Quizás porque en mi fuero interno conservaba cierto escepticismo en cuanto a encontrar oro por la calle o tal vez porque otros pensamientos
me distrajeron del empeño...lo cierto es que dejé de pensar en ello.
Por otra parte, comencé a pensar en la posibilidad de seguir otro camino distinto al usual,lo cual de por sí era un hecho insólito,
ya que nunca me planteo esta opción y suelo recorrer siempre el mismo trayecto.
Me incliné por esa nueva dirección y recorrí unos cincuenta metros ... mas de repente me decidí por tomar el camino habitual y volví sobre mis pasos.
¿Por qué, si ya había andado un trecho de ese otro camino opcional?
Al reflexionar sobre ello no encontraba explicación lógica alguna...y sigue siendo un misterio,aunque se me ocurran algunas hipótesis.
De pronto recordé la voz de nuevo, y me dije a mí misma que posiblemente hice lo debido, puesto que de haber tomado un camino inusual
quizás habría perdido la oportunidad de encontrar lo que la insistente voz anunciaba, de modo que a partir de ese momento caminé atenta
a lo que pudiere hallar....si es lo hallaba...
Casi había desistido de ello, dado que me aproximaba a mi destino; tras pasar una barrera
del tren, mi casa se halla a menos de 300m de distancia .
Entonces descubrí algo junto a unos matorrales que me llamó la atención por su color amarillo, que contrastaba con el verde de las hojas...
pero ni remotamente parecía oro.
Se trataba de un pequeño librito, casi una miniatura.
Bastante más pequeño que una cajetilla de tabaco, mas bien como una caja de cerillas,
medía 7,5cm de largo y 5,5 de ancho, lo comprobé posteriormente en casa tras decidir
que dejaría constancia por escrito de estos extraordinarios acontecimientos reales.
El librito me resultó gracioso...sentí curiosidad por saber qué contenía aquella miniatura.
Al tomarlo entre mis manos y leer las únicas letras de la portada...abrí los ojos atónita.
„Echtes Gold“,...sólo eso. Son palabras en lengua alemana y significan .... oro puro!.
Tras superar aquella especie de conmoción inicial en que me sumió el título, sonreí, entre maravillada y socarronamente.
“He encotrado mi oro...jejejee...“
En principio, aquello me pareció una broma sarcástica del destino o el azar.
Creí que era la garantía de alguna pieza de oro, que alguien debió perder o tirar.
Pero al leer su contenido aún me maravillé más...eran citas. Citas bíblicas.
¿Era aquello un mensaje Divino?
Mi vello se erizó y mi piel adquirió ese aspecto que se denomina "piel de gallina".
Diversos pensamientos acudieron a mi mente en esos momentos...
Pensé que esa parte materialista existente en mí me impidió imaginar, ni siquiera remotamente, que el oro en cuestión pudiese ser algo que distase mucho de ser el preciado metal tan codiciado, y sentí cierta conmiseración por mí misma debido a mi materialismo.
También pensé que era asombroso el hecho de que todo esto sucediese en una época en que estaba un tanto dubitativa en cuanto a si creer o no
en la veracidad de la Biblia, y en caso afirmativo, en qué medida hacerlo, dada la manipulación a la que ésta ha sido sometida
durante el transcurso de los siglos...
El acontecimiento era de por sí tan enigmático, tan sobrenatural...que escalofriaba.
La vocecilla interior...la premonición de que encontraría oro...la metáfora sobre el hallazgo...
Tras leer las citas bíblicas y meditar profundamente sobre ellas y el mensaje
subliminal que creo captar de cuanto aconteció, deduzco que he encontrado algo que, para mí,
es mucho más valioso que el oro puro.
Me viene a la mente esa conocida cita bíblica:
„Quien tenga oídos, que oiga.“.
Y quien tenga una mente inquisitiva, si lo desea,
que trate de discernir, añado yo como colofón.


Náyade.
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.78
  • Votos: 165
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