La última vez que vi a Florencio estaba colgando de un frondoso y hermoso árbol de flamboyán detrás de su humilde cabaña. Una hermosa alfombra de sangre adornaba el piso y la copa del árbol parecía un tapiz en llama.
Su perro Margarito estaba sentado sobre sus patas trasera mirando a su amo como se balanceara en la cuerda. Un triste gemido se escapaba de su alma. No podía entender por qué se dueño no le había dado de comer aquella mañana.
Dentro de la vivienda, Epifania, hablaba como una loca. Maldecía al pobre de Florencio, sin saber la trágica suerte que había corrido su amantísimo esposo...
___¡Maldita sean los juegos, la loto, el pega tres, los billetes, los caballos!, maldita sea cuando le regalé este maldito televisor al degraciado de Floren... no hay dinero ni para una libra de café, todo es para jugar...
La pobre buscaba en su cocina un poco de arina, pero ni arina, ni azúcar, ni avena, nada... no había qué comer... los últimos centavos se los había entregado a Florencio para que hiciera la compra... menos mal que Dios no les había dado hijos... el pobre era estéril y su mujer no inspiraba mucho ir a la cama...
La pobre recordaba las últimas palabras de su hombre...
___¡Hoy es mi día, negrita!, hoy vamos a salir de esta maldita pobreza que nos consume,nos aturde... ya verás...¡Dios no puede permitir tantas injusticia!...
___¡Cállate, blasfemo!¡Dios no se mete en los juegos!¡Eso es del mismo diablo!La Biblia dice que el dinero es la raíz de todos los males...
___¡Olvídate de la Biblia... ese libro lo escribieron los ricos para joder a los pobres...
___¡Dios mío, qué barbaridad!, con razón estamos tan jodíos, si tú no crees ni en ti mismo...
Florencio era bruto, feo, gordo, sucio, ambicioso y proamericano...tenía un afan de ser yankee que se lo estaba llevando el diablo...
¡Mira nena, si me pego nos vamos para Miami, allí si hay vida... progreso, democracia...allí podemos obtener una vida de calidad, disfrutar y sabe Dios si podemos tener un hijo...
___¡Te irás tú solo!, ¡A qué carajo tengo que ir a un pais que es el primero en consumir drogas, en pornografía y que la mitad del mundo odia por estar metidos en lo que no les importa!- respondía, Epifania
___¡Tú lo que eres es una mala agradecida, qué sería de nosotros sin los americanos, qué sería del mundo sin ellos... es un pueblo noble que ayuda a los demás, que lleva la democracia... todo el mundo desea vivir allí!... afirmaba categoriamente el hombre-
___¡Coño tú eres feo pero más bruto que un tubo cerrado!¿Qué nos han dado?...¡Mierda! Jamás dan algo sin esperar llevarse hasta lo esclavos de la cruz...¡Saqueadores de los países más pobres!Quieren que los países tengan armas de juguetes mientras ellos están armados hasta los dientes con las más terribles armas de destrucción masiva!
___¡Mira condenada mujer... No te quiero ver con la hija de la comay Juana... esa muchacha es comunista y te ha llenado la cabeza de cosas horrenda... Dios permita que puedas llegar al domingo para que puedas confesar tus pecados al cura...-exclamaba Florencio señalándola con un dedo directamente a la cara en forma amenazante...
___¡Maldita sea...¿a dónde se ha ido este hombre que no lo veo desde anoche... a lo mejor está tirado en una zanja, borracho como un perro... pero hoy no lo salva nadie... si no trae compra me iré con mi madre... estoy hastiada... no lo soporto ni un minuto más...
Lo que no sabía Epi era que su marido no regresaría más, ni jugaría más pega tres ni loto, ni hablaría más del cura... pues había tomado la decisión de suicidarse, de echarse la soga al cuello, de guindarse como un racimo de plátanos...
El pobre hombre había soñado la noche anterior con el 666. No se lo dijo a nadie para no echar la suerte a perder. No le gustaba el numerito pues se acordaba del evangelista que había dicho que ese número era del mismo diablo... el número de la bestia...
___ A mí no me importa de quién es el número-decía- ahora es mi suerte... le pedí a Dios que me diera un numerito, le dije que iba a ir todos los domingos a misa. Y me lo dio...
Contento y feliz... Fue a la tienda de Crisólido y jugó el número con todo el dinero de la compra, le jugó los ochenta pesos que su mujer le había dado... Pensaba en los 40,000 que se ganaría... hizo planes en su mente, estaba seguro que se pegaría...
Florencio se olvidó del mundo, de su mujer, de la compra... Compró dos canecas de ron y se fue a celebrar a la orilla del río. La borrachera fue tan fuerte que se quedó dormido y se olvidó que había jugado. Pasó el viernes, y el sábado en la mañana se acordó que había jugado. Mientras caminaba hacia la tienda pensaba en su número... sentía que se había pegado...
Don Crisólido no estaba en el negocio y le pidió el periódico al dependiente. No lo abrió... lo aguantaba con contanta fuerza, como si llevara un tesoro... todavía sentía los efectos del licor... llegó a su casa... pensó que su mujer estaba durmiendo... se sentó sobre la roca que estaba al lado del árbol... abrió el periódico, buscó el número ganador...dos lágrimas brotaron de sus ojos cansados... caminó hacia una vieja casucha donde guardaba las herramientas... buscó la escalera y una soga... y se lanzó al vacío...
¡El maldito número no había salido ese día de acuerdo al periódico... el número premiado era el 777...
Pero hay seres que nacen de pie, trayendo consigo las de perder...
Cuando Efimania abrió la ventana de la cocina... allí estaba flotando su marido, sujetando el períódico todavía...¡Sus gritos despertaron a sus odiados vecinos!...Manolo, el tecato... corríó bajo el árbol... bajo la alfombra de hojas rojas estaba el boleto del pega tres...lo agarró y lo guardó...Cuando bajaron a Florencio del árbol su mujer tomó el periódico... éste era del viernes...¡era sábado!...el dependiente le dio un periódico viejo....
¡El número premiado del viernes por la noche fue el 666!
Fin
Vuelvo a deciros que sois genial, con estilo propio inimitable, que es una gozada. Aunque en el pensamiento, siempre, cuando escribís, os persigue el fantasma de la tragedia. Y a pesar de ello, os considero una persona jovial y simpática, cuyo trato debe ser encantador, al contar con un acervo anecdotario, cuyos finales siempre resultan insospechados. Lástima que Puerto Rico esté tan lejos de España, sino haría lo impensable para ir a visitaros. Ah, se me olvidaba, por aquí, toda palabra que en la antigüedad se escribía con f, como farina, en la actualidad se escribe con h. Perdona, José Luis, y de ningún modo te lo tomes a mal esta licencia que me he tomado. Con todo mi cariño.