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Las gigantescas Tortugas Laúd

Las gigantescas tortugas Laúd.

(Naturaleza: Animales y Plantas. 16)

Es casi la media noche. La Luna refleja un brillo dorado sobre un mar tranquilo. En la playa de Rantau Abang hay varios grupos de personas, unos de pie y otros sentados o agachados sobre la fina y fresca arena. Todos ellos con una gran paciencia, esperan la visita de un enorme caparazón con cuatro aletas: la gigantesca Tortuga Laúd.

Estos misteriosos visitantes anfibios han dado fama internacional a esta playa, que, de otro modo, sería desconocida, se encuentra en la costa este de Malasya Peninsular, al norte de Dungun y a unos 400 kilómetros de Singapur. Es una de las escasas playas del mundo al que las tortugas laúd regresan todos los años con una noble misión: el desove.

Esta especie de Tortuga tiene una multitud de características únicas. La Tortuga laúd, tinglar o baula [Dermochelys coriacea] es una especie de reptil de la familia ‘Dermochelyidae’. Es la mayor de las tortugas marina, alcanzando una longitud de 2,3 metros y un peso de más de 600 kilos. Un individuo macho llegó a pesar 916 kilos, aunque las tortugas de este tamaño son raras. Se encuentran en todos los mares tropicales o subtropicales, en los meses de verano son más comunes en la zona que va desde el golfo de Maine al norte hasta la Florida en el sur. Han sido observadas al norte del Golfo de San Lorenzo, Canadá, pero son más vistas en el océano Pacífico. Cuando se avecina el invierno se dirigen al sur, al mar del Caribe, a zonas costeras de América del Sur y Africa, donde se encuentran con las tortugas procedentes de Europa. Su tasa metabólica es aproximadamente 3 veces mayor de lo esperado en un reptil de su tamaño, lo que, unido a sus intercambiadores de calor contra corriente y su gran tamaño, permite mantener una temperatura corporal de hasta 18 grados centígrados sobre el agua circundante.

La temporada de desove en Rantau Abang se extiende aproximadamente de mayo a septiembre. Los meses de mayor actividad son junio hasta Agosto y es bastante fácil ver el proceso de desove. Por lo general las tortugas salen del agua después que se hace de noche. Es un verdadero gigante de unos dos metros o más desde la nariz hasta la cola que yace inmóvil por unos minutos tras salir del agua sobre la arena.

Ya una vez fuera del agua, repentinamente, la Tortuga se eleva sobre sus gigantescas aletas delanteras y empuja su cuerpo hacia delante, dando un golpe seco contra el suelo. Permanece quieta por un instante, como si respirara y cobrara fuerzas para el siguiente empuje. Así es como se mueve en tierra. Las personas que se agrupan a ambos lados se mantienen a cierta distancia. Los guías son muy estrictos en esto. Con cada movimiento que realiza hacia delante, la muchedumbre también avanza, pero sin hacer ningún ruido.

Conforme se aleja de la orilla, la Tortuga laúd sabe instintivamente hacia dónde se dirige. Su instinto la capacita para hallar el emplazamiento donde los huevos disfrutarán de todas las ventajas posibles para que se incuben sin contratiempos. En ese lugar comienza a cavar un agujero. Las aletas posteriores se convierten en palas, con las que retira la arena.

Después de lo que parece un largo rato, uno de los guías, que también tiene autorización oficial para recoger los huevos, se adelanta y mete su brazo hasta el codo en el profundo agujero. Cuando lo saca, se oye un suspiro de asombro y emoción entre los presentes al ver en su mano un huevo de la Tortuga laúd.

El huevo es de color blanco mate. Su tamaño puede oscilar entre el de una pelota de ping-pong y el de una de tenis. Sin embargo, los últimos huevos de una puesta suelen ser del tamaño de una canica. A diferencia de los huevos de las aves, la cascara del huevo de Tortuga es en realidad una piel dura que se deforma con facilidad al presionarla. Curiosamente, la clara del huevo [albumen] se mantiene líquida incluso después de cocida. Se dice que el huevo de Tortuga cocido tiene un gusto algo amargo y un ligero sabor a pescado. Una Tortuga laúd deja una media de 85 huevos por puesta. No obstante en 1967 se informó una puesta extraordinaria de 140 huevos.

A algunos de los espectadores, a esta altura de la puesta de los huevos, se les permite acercarse y examinar los huevos. Algunos tocan y examinan también tímidamente a la Tortuga. Otros se suben encima o posan apoyados en ella a fin de obtener una foto para el álbum familiar de recuerdo. Si miran más detenidamente el animal permite apreciar una secreción mucosa espesa y traslúcida llena de granos de arena que fluye de sus ojos. Se dice que la provoca el cambio de un medio acuoso al contacto con el aire. De vez en cuando, la Tortuga abre la boca para respirar, emitiendo un sonido similar a un rugido.

Después de un buen rato, comienza a mover sus aletas posteriores para tapar el agujero con arena. En cuanto los cubre, la Tortuga laúd comienza a mover enérgicamentte sus aletas traseras como si fuera un limpiaparabrisas y lanza arena en todas direcciones. El contínuo aleteo prosige por algún tiempo. !Qué poder y resistencia tiene!. Cuando finaliza, el hoyo que la Tortuga laúd había cavado ha desaparecido por completo. Verdaderamente sabiduría instintiva. Pero, mayor es la sabiduría de su Creador: “!Cuántas son tus obras oh Jehová!. Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”.- Salmo 104:24.

Antes de que la Tortuga regrese al mar, un recolector de huevos autorizado pone una etiqueta en una de sus aletas anteriores. Esto se hace con el propósito de poder seguir sus posteriores visitas a tierra y sus movimientos en mar abierto. Cada temporada desova de seis a nueve veces, con un intervalo de nueve a catorce días entre las puestas.

De repente, la Tortuga se alza y se echa hacia delante. Se gira para colocarse en dirección al mar, arratrándose bastante más de prisa que cuando llegó. Al tocar el agua, introduce primero la cabeza, y después el caparazón. Por fin desaparece. Cuando vuelve a asomar la cabeza, se encuentra ya a bastante distancia. Nada rápidamente mar adentro mientras la luz de la Luna le ilumina la punta de la nariz. !Qué agilidad y velocidad tiene en el agua!. Qué diferencia con la torpeza y lentitud que la caracterizan en tierra.

Lamentablemente, al igual que una gran cantidad cada vez mayor de otras especies, las tortugas laúd se hallan en peligro de extinción debido a los estragos que causan la contaminación y la avaricia humana. Y los huevos de las tortugas se recogen sin ningún escrúpulo para satizfacer los gustos exóticos de algunos paladares. El NOAA, (sigla en inglés para la Administración Nacional Oceánica y Atmósfera), estima que alrededor de 640 tortugas laúd adultas mueren cada año por las empresas de pesca comercial. El programa de conservación de la vida de estas tortugas y de sus huevos han salvado miles de miles de vidas de esta especie animal. Sin embargo, como conseguir una buena ganancia es una tentación muy grande, hay quienes violan las leyes que se han hecho para la conservación de las tortugas laúd. Aún así, los esfuerzos por conservar las tortugas no han sido en vano.

En la playa Rantau Abang, por ejemplo, se puede apreciar letreros que señalan donde se encuentran enterrados las puesta de Tortuga laúd. La señal especifíca la cantidad de huevos, la fecha en que se colocó el letrero y un número que identifica la puesta. Unos 45 días después de ésta, se coloca una red de alambre alrededor del letrero para evitar que escapen las crías. La incubación dura de 52 a 61 días. Cuando las crías salen, por lo general después de la puesta del Sol, se anota la cantidad de cada agujero. Luego se coloca en contenedores y más tarde se las suelta en la orilla del mar.

El programa de conservación ha criado con éxito miles de pequeñas tortugas para luego devolverlas a su hogar acuático. No obstante, la baja proporción de supervivencia y la disminución en la cantidad de tortugas laúd que van a las playas para su noble mision del desove productivo, sigue siendo una de las causas de más preocupación. Si cuidáramos más de las especies de los animales que Dios nos regaló, más llegaríamos a apreciar el amor y la bondad del Creador Supremo de esos animales que embellecen la vida en nuestro Planeta Tierra.

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