Tocaron la puerta de su casa. El chico despertó, saltó de la cama, miró el reloj, eran pasadas la media noche y se peguntó quién podría ser... Los golpes continuaron, el chico se puso una bata y salió a mirar a través de la ventana, y vio a una chica de no más de nueve años, totalmente desnuda... Se intrigó, pero pensó que era una niña, y una niña totalmente desnuda. Cogió el teléfono y llamó a la policía. No pasó más de una hora cuando llegaron los chicos buenos. Recién allí el chico abrió la puerta de su casa. Se acercó hacia los policías y preguntó por la niña. Ellos le dijeron que la niña decía que el chico era su padre. No puede ser, les dijo, nunca he tenido hijos, agregó. De pronto, la niña se acercó cubierta por una frazada de los chicos buenos y le dijo al muchacho que ella era hija suya... Todos tuvieron que ir a la comisaría para arreglar este caso. Y ya frente al comisario, las cosas se aclararon... La niña estaba loca, se había fugado del loquero de niños, y buscaba a su padre, a cualquiera que tuviera la forma de padre, por esa razón los buscó al chico... Tuvieron que regresarla al manicomio, y el muchacho retornó a su casa. Mientras volvía acostarse, se puso a pensar en cuantos niños hay en la tierra con padres que los abandonan... Muchos, se dijo. Cerró los ojos y se puso a dormir. Tuvo, mientras dormía, un sueño... Soñó que estaba en un salón de clase, lleno de niños y él era un profesor tratando de enseñarles una simple lección. Se acercó a la pizarra y les pidió a todos los niños que repitieran con él la palabra: “papá”, pero notó que los niños abrían y cerraban la boca sin emitir un solo sonido. El trató de escuchar, hasta se puso a su lado, pero nada... nadie podía hablar. Son mudos, pensó. Borró lo escrito en la pizarra y cuando volteó hacia los niños, estos habían desparecido. Miró la pizarra y volvió a escribir: "papá", y en ese preciso instante escuchó un coro de niños que repetía y repetía aquella palabra: “papá, papá, papá, papá”... Luego, despertó. Miró su reloj y vio que ya era algo tarde para continuar echado en su cama. Se vistió y salió rumbo a su trabajo. Mientras viajaba en su auto el sueño aún resonaba en su cabeza... Pensó en la niña, en los niños, en los padres, pensó en sí mismo para cuando tuviera muchos hijos, uno siquiera... Detuvo su auto y decidió pensar un poco, algo acerca de esto de ser padre, hijo, etc…, luego, agotado de tanto pensar en lo mismo, cerró los ojos, y dentro de sí vio a una niña desnuda, acercándosele como una paloma en busca de un poco de maíz... Él le dio un poco de maíz, y la escuchó decir: "gracias papá, papá, papá, papá,"... Se asustó por esta visión. Abrió los ojos y vio que unos niños, andrajosos y sucios, se le amontonaban por las ventanas del auto, pidiéndole: "una propina papá, papá, papá,"... Abrió la ventana, y cuando les iba a dar unas monedas, todos los chicos entraron en su auto, lo sacaron, le robaron, hasta dejarlo casi desnudo, y casi inconciente por la golpiza que recibiera gratuitamente por estos niños callejeros... Cuando abrió los ojos vio que un grupo de personas de aquel vecindario lo cogía de los brazos, arrastrándolo hacia un lado de la calle. Luego, aun aturdido de tanta locura, se privó, y en ese instante, volvió a soñar... Esta vez, soñó que una niña totalmente desnuda le enseñaba a decir una palabra que repetía y repetía: “papá”... El trataba de repetir la palabra, pero no podía, no podía... Despertó, y se vio tirado medio desnudo en la calle, en un callejón oscuro y húmedo. Sintió que unos perros se le acercaban gruñéndole y oliéndole como si fuera un pedazo de caca... Se paró y con una piedra pudo alejar a estos perros. Cogió un pedazo de cartón para cubrirse y corrió rumbo hacia su casa. No tenía llave, pero la puerta estaba media abierta. Entró y vio a la misma niña, pero esta vez totalmente vestida, diciéndole que él se vaya a vestir, pues la hora de la cena estaba por servirse... El muchacho obedeció a sus padres...
San isidro, abril del 2006