Cuenta la leyenda que existía un lugar llamado la casa del trueno, esta era una cueva donde siete sacerdotes hacían rituales para invocar al dios del trueno, arrastraban pieles de animales por toda la cueva, entre más arrastraban las pieles mayor eran las tormentas, después comenzaban a lanzaban flechas con fuego al cielo y entre más flechas más relámpagos habría en la tormenta.
Los sacerdotes vivían tranquilos hasta que un día un pueblo llamado totonaca llego a su región y pronto la calma fue interrumpida, los sacerdotes no estaban contentos al ver la llegada de tantas personas, fue cuando decidieron hacer algo para regresar la calma, se reunieron todos en la cueva y comenzaron sus rituales, con la intención de provocar lluvias y relámpagos para aumentar a los recién llegados, pero estos no se asustaron y descubrieron que los sacerdotes eran los causantes, decidieron obligarlos a marcharse del lugar y solo así pararon las lluvias.