Victor y Ana se conocían desde hacia no demasiado tiempo, apenas varios meses, pero en ese tiempo ya habían conectado bastante. Hablaban de casi cualquier cosa, uno decía una cosa, la otra opinaba sobre eso, y asi mantenían conversaciones largas a la par que interesantes.

Así pasaban los días, entre conversaciones y conversaciones, compartiendo anécdotas que les acontecían en los que haceres diarios. Coincidían tanto en su forma de pensar que ni discutían, pese a que también tenían opiniones diferentes sobre algunos temas.

Pero un día, sin ser consciente de ello, Víctor cometío un error, un error que no debía haber cometido nunca. Sin saberlo, habló con otros amigos sobre un tema algo personal, algo que no debía haber sido compartido con mas gente. Esto le molestó un poco a su amiga, y al darse cuenta de la reacción de ella, Víctor se dió cuenta de que había hecho mal, o por lo menos que no había procedido correctamente. En seguida rectificó su error, porque como el pensaba, rectificar es de sabios.

Pidió perdón a Ana por las molestias que le pudiera haber causado esos comentarios, porque Víctor se dió cuenta de que lo más importante era la amistad que tenía con su amiga, porque en realidad lo único que importa es la amistad.