Los beneficios de orar a Dios. Parte 2
(Relato Religioso, 172).
En la parte primera bajo este mismo título conversamos sobre lo que mucha gente piensa sobre la oración a Dios, si realmente escucha Dios nuestras oraciones (Salmo 65:20). También citamos el texto de 1 Pedro 5:7 el cual muestra que Dios sí se preocupa por cada uno de nosotros y finalmente el por qué no contesta Dios todas las oraciones. Pero !no se rinda!. Aunque Dios no responde todas las oraciones, si escucha y responde las oraciones sinceras de millones de personas. La Biblia nos dice lo que debemos hacer para que Dios nos escuche. Y esto es lo que vamos a considerar en este relato presente y responder las dos preguntas que nos faltan por darles respuesta desde la parte 1,Cómo debemos orar para que Dios nos escuche y como le puede ayudar la oración.
Jehová Dios es “el que escucha las oraciones” (Salmo 65:2). Podemos hablar con él sin importar dónde estemos ni la hora que sea, en voz alta o en silencio. Dios quiere que lo llamemos Padre. Y es que él es el mejor Padre que podemos tener [Mateo 6:9]. Jehová Dios nos dice con amor cómo debemos orarle para que nos escuche. El ejemplo de la oración conocida como el Padre Nuestro, nos muestra cómo orar a Dios. Debemos orar a Dios en el nombre de Jesucristo. “Si le piden cualquier cosa al Padre en mi nombre, él se la dará”. [Juan 16:23]. Lo que Jesucristo dijo nos muestra que Dios quiere que le oremos directamente a él y no por medio de imágenes, santos, ángeles, o familiares que han muerto y quiere que lo hagamos en el nombre de Jesucristo que es el único mediador entre Dios y los hombres, porque dio su vida humana perfecta a favor nuestro como perdón por nuestros errores y pecados [Lea por favor 1 Timoteo 2:5]. Cuando oramos en el nombre de Jesucristo, le demostramos a Dios que sabemos que él nos oye gracias a lo que Jesús ha hecho por nosotros. Jesucristo dijo: “Nadie puede llegar al Padre si no es por medio de mí”. [ Juan 14:6].
Oremos desde el corazón. “Derramen su corazón delante de él”. [Salmo 62:8]. Cuando le oramos a Jehová Dios, debemos hacerlo como si le habláramos a un padre que nos quiere. En vez de leer las oraciones de un libro o recitarlas, debemos hablarle a Dios con respeto desde el corazón en nuestras propias palabras sinceras. Pidamos a Dios cosas que a él le agradan. “Le podemos pedir cualquier cosa que esté de acuerdo con su voluntad y él nos escucha”. [1 Juan 5:14]. En la Biblia, Dios nos dice lo que hará por nosotros y lo que espera que nosotros hagamos por él. Para que él acepte nuestras oraciones, debemos orarle “de acuerdo con su voluntad”. Para lograrlo, es necesario que estudiemos la Biblia, y así lo conoceremos mejor. De ese modo, él nos escuchará con gusto.
¿Sobre qué cosas podemos orar?. Oremos por lo que necesitamos: Le podemos pedir a Dios que nos ayude a cubrir nuestras necesidades básicas, como el alimento, la ropa o un lugar donde vivir. Pidamos por los demás: A los buenos padres les encantan que sus hijos se quieran. Jehová Dios es nuestro Padre, por lo tanto, quiere que nos cuidemos unos a otros. Demos las gracias: La Biblia dice que nuestro Creador hizo cosas buenas por otros, “les dio lluvias del cielo y cosechas abundantes, les dio suficiente comida y llenó sus corazones de alegría”. [Hechos 14:17] Si pensamos en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, desearemos darle las gracias.
Ahora pasamos a responder la pregunta final: ¿Cómo le puede ayudar la oración?. Todos enfrentamos problemas, grandes o menores, y necesitamos ayuda para seguir adelante. ¿Sirve de algo la oración?. La Biblia dice: “Arroja tu carga sobre Jehová, y él te sostendra. Jamas permitira que caiga el justo” [Salmo 55:22]. !¡Qué palabras tan animadoras!. Entonces, ¿cómo nos puede ayudar la oración?. Cuando le oramos a Dios como a él le gusta, nos dará lo que necesitamos para superar los problemas. La oración lo puede ayudar a usted también. Por supuesto, Jehová Dios no obliga a nadie a orale, pero con amor nos invita a que lo hagamos. [Jeremías 29:11, 12]. Y si en el pasado usted le oró a Dios y siente que no recibió respuesta?. No se desanime ni se rinda. Los padres que se preocupan por sus hijos no siempre los ayudan de la forma y en el momento que ellos quieren. Quizás los padres tienen una mejor solución. Lo que sí es cierto que los buenos padres siempre ayudan a sus hijos. Jehová Dios, el Padre más amoroso, lo quiere ayudar a usted también. Si analiza con cuidado las ideas bíblicas que hemos visto y se esfuerza por ponerlas en práctica, Dios responderá sus oraciones de la mejor manera posible [Salmo 34:15. Mateo 7:7 al 11]
Otros beneficios que puede encontrar al orarle a Dios desde el corazón, en sus propias palabras y por medio de Jesucristo son: Paz mental [Filipenses 4:6,7] Si le contamos a Dios lo que nos preocupa, él nos ayudará a estar tranquilos y actuar bien a pesar de la presión.
Sabiduría [Santiago 1:5]. Cuando estamos bajo presión, a veces no tomamos buenas decisiones. Pero, si le pedimos sabiduría a Dios, él nos ayudará a recordar consejos útiles que se encuentran en su Palabra, la Biblia.
Ánimo y consuelo [Filipenses 4:13]. Como Jehová es el Dios Todopoderoso, él nos puede dar el ánimo que necesitamos para hacer frente a los desafíos o para que podamos aguantar las pruebas. [Isaias 40:29]. La Biblia también llama a Jehová “el Dios de todo consuelo” que puede consolarnos “en todas nuestras pruebas”. [2 Corintios 1:3, 4].
Entonces: ¿Sirve de algo orar y obtener beneficio de nuestras oraciones a Dios?. Si. porque Dios escucha nuestras oraciones, “Jehová está cerca de todos los que lo llaman, de todos los que lo llaman con sinceridad, …, oye sus gritos de auxilio”. [Salmo 145:18,19]. Dios quiere que usted le ore, “En cualquier situación, mediante oraciones y ruegos y dando gracias, haganle saber a Dios sus peticiones” [Filipenses 4:6]. Recuerde, Dios de verdad se preocupa por usted, por toda su familia y está al tanto de sus problemas y preocupaciones y lo quiere ayudar. La Biblia dice que eche “todas sus inquietudes sobre él”, porque él se preocupa por usted. Por lo tanto, ore a Dios constantemente…! [1 Tesalonicenses 5:17].