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Categoría: Misterios

Los demonios de Eva

En la casi extinta luz de un frío atardecer de enero,caminaba por el bosque,sus pasos eran tambaleantes,un hilo de sangre fluía de su naríz,sus hermosos ojos verdes reflejaban incertidumbre, miedo, dio un traspié y cayo,sus pequeñas manos lastimadas se aferraron a la tierra para ponerse de píe, mas no pudo hacerlo, y ahí quedo tendido,mientras una lágrima brotaba silenciosa, en el inocente rostro de aquel niño.
No tenía nombre, tan solo era un niño de cuatro años, vivía con su madre,Eva, una extraña mujer blanca de larga, negra y densa cabellera, era su adoración, su mundo, su todo, a pesar de su corta edad, cuando veía fijamente a sus ojos,podía notar cuán inmenso era el hipnotismo de su verde mirada,igual a la de el, ojos felinos de lenguaje propio.
A sus 19 años Eva fué duramente tratada por sus padres al enterarse que esperaba un hijo, no estaba casada, ni novio tenía, ¿De dónde había salido ese bastardo?, Eva era excentrica, diferente,hija única de una familia muy adinerada,a pesar de vivir en la opulencia, jamás le importaron los lujos, ella porefería la aventura,la novedad,una tras otra habían sido las decepciónes que les había causado a sus padres, quienes pensaban de manera muy diferente a ella, y al enterarse de dicho suceso, con la ayuda de un jugoso cheque, la recluyeron en un hospital psiquiátrico y la intervinieron quirurgicamente, sin anestecia,en un intento de castigarla y terminar con la vida de su bebé...
dos meses despúes salió Eva de aquel infierno de demencia y enfermeras que más que eso parecían psicopatas bajo un blanco disfraz, se enfrentó a la imprenetrable mirada de su padre:
-Espero que te haya servido de lección y hayas
recapacitado acerca de tu conducta
-Esta vez he tomado una desición y ya no quiero
estar más con ustedes,he sido ultrajada, esta de
sobra cualquier cosa que puedas decir, no te
quiero volver a ver
-Eva, Eva, tu sin mi dinero, ni vives, ni haces,
ni eres nada
-Esa es tu opinión,no la mia,no te necesito y no
te imaginas cuánto te odio, mejor cuida tus
espaldas
-¿Sabes algo? esta vez puedes hacer lo que quieras
en este tiempo sin ti, hijita, he conocido la
tranquilidad, y deseo hacerla mia, tienes 25
millones de dolares y te vas de mi casa, así dejo
mi conciencia feliz y te vas lo mas lejos que
puedas
-Me voy sin tu dinero, bueno pero yo que te aviso
a ti, me voy y ya -
-No te vas sin el dinero, solo me cercioro de
que no vuelvas jamás

Eva construyo su casa rápidamente, tenía 25 hidrocarburos para acelerar cualquier motor, su casa era lo que ella llamaba su refugio, una enorme casa de paredes labradas con demonios de caoba, el piso era completamente acolchado, no alfombrado,no, era acolchado, suave de pisar, todos los muebles eran acolchados, como sillones, como si fueran cojines,pareciera como si nada fuera sólido en esa casa, hasta las mismas ideas pudiesen disolverse en la densa viscosidad de tan irreal ambiente,quizas en el fondo esa era su única finalidad,disolverse,no estar,ahí vivía Eva, en el techo tenía un ventanal con puertas eléctricas y al abrirlo convertía al cielo tan solo en otro elemento mas de esta casa, tenía plantas y flores adentro y afuera de su casa, y esta estaba situada nada mas y nada menos que en medio del bosque, de tan excentricas formas, tan excentricas como Eva.
Ahí, al paso del tiempo Eva tuvo a su hijo, el que creía muerto desde la clínica,y ahí crecieron ambos en un mundo lleno de rarezas, hablaban su idioma con palabras inventadas por ellos, ella no lo dejaba ver a nadie,ponía sedantes en sus galletas cada vez que iba a comprar víveres, no quería que jamás viera a nadie, era un niño hermosisimo, delgadito, de enormes ojos verdes, iguales a los de ella,expresivos, su inocencia era tan grande cono la belleza que su sonrisa producía, Eva se sentía en las nubes solo de ver ese rostro,era absolutamente felíz, excepto por algún demonio que escapaba de las paredes, amenazandola con quitarle a su hijo y llevarselo a la casa de sus padres, cuando esto ocurría Eva golpeaba las paredes con tanta fuerza que sus manos sangraban sn dolor,queriendo poder distinguir cuando un pensamiento es solo eso,y cuando se hace real,cuando un demonio es solo un demonio labrado en la pared y no uno de los muchos que ella llevaba en su interior, en su cabeza, como si esta fuera una bodega,donde los demonios colocaban sus lastres y los cambiaban por los conocimientos de ella,robandole espacio,cambiando sus ideas por imágenes difusas que no tienen lugar en este mundo.
Una noche Eva soño que asesinaba a un demonio, que lo golpeaba hasta dejarlo morado, y al despertar había lastimado tanto a su hijo, Eva ya no distinguía a los demonios de la pared de los de su cabeza, en otra ocasión Eva volvió a hacer lo mismo, pero esta vez murió aplastada por un librero,en un intento de matar de nuevo a otro demonio imaginario, pudiendo apenas salvar a su hijo diciendole que corriera hacia el bosque, siguiendo el rio, sin entrar a el,y así el niño llegó a la orilla del bosque, vislumbrando la ciudad, sus luces, ¿Qué era eso?, ¿Qué demonios era? solo se sentó a esperar el día dibujando con sus manitas demonios en la tierra, mientras pasaba el último halito de luz, en un frío atardecer de enero, donde Eva, Eva de la larga cabellera quedó labrada en medio de los demonios que vivían en su casa en medio del bosque.
Datos del Cuento
  • Categoría: Misterios
  • Media: 5.1
  • Votos: 31
  • Envios: 4
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