Lo recuerdo como si fuera ayer, no fue hace mucho tiempo pero aun así lo tengo muy presente, estaba nervioso, sudando, las piernas y brazos me temblaban, no sabia ni que decir, ni que hacer, estaba perdido, inmerso en mi preocupación y nerviosismo por ser esta mi primera ves, estaba a punto de perder mi virginidad.
Cuando puse mi pie en esa habitación por primera ves, todo era nuevo, reconozco que era precioso, era algo que nunca había visto, estaba maravillado con la hermosura de la habitación que nos asignaron, sin ser muy caliente era templada.
Pase mas de 30 minutos, observando con asombro lo que me rodeaba, y en ese momento el se acercó, el sudor frió recorría mi frente, y entonces me indico que era el momento, y yo tembloroso, prepare mi primera cocina como aprendiz de chef en una cocina industrial.