Luna llena.

Transito por los bosques rodeados por montañas. Anochece, elijo el lugar para acampar y enciendo la fogata.

Es un pequeño claro en el bosque rodeado de altísimos árboles, tal vez arrayanes.
Hay pequeñas florecitas azules, otras púrpura y aquellas blancas… entremezcladas con la hierba.
La brisa fresca de la noche mueve la hierba y las flores con un movimiento ondulante que asemeja un mar.

Llega hasta mí ese perfume, cierro mis ojos… huelo su piel… pienso en ella.

Me recuesto un poco para descansar de la caminata.
La cabeza apoyada en la mochila, manos cruzadas a la nuca miro las estrellas que empiezan a verse.

¿Qué sucede?... La oscuridad del bosque empieza a vestirse de una claridad.
Curioso me levanto y camino hacia donde la luz es más intensa. Sorteo algunos arbustos y llego al borde de un acantilado.

Entre las laderas de dos montañas asoma majestuosa e imponente una luna rojo-naranja.
Extasiado la veo elevarse muy lentamente en imperceptible pero continuo ascenso.

Parece mirarme… me hechiza.

Abajo, en el fondo del acantilado algo llama mi atención… pe… pero está también allí. ¿Cómo es posible?
Pero… ¡claro! … abajo hay un lago.

No puedo creer que sea tan bella… es hermosa… hermosa.

¡Resbalo!... piso en falso. ¡Caeré al abismo!
Como puedo me aferro a la cornisa… mi cuerpo cuelga.
La luna se ve más grande… inmensa.
Parece que con su fuerza de gravedad intenta hacerme caer. Se torna más y más roja… siento su magnetismo… ¡Quiere un sacrificio en su honor!
¡Me quiere a mí! Vino esta noche a llevarme.
No quiero morir, me aferro como puedo y pienso lo increíblemente bella y malvada que es.

La parte que muestra es de una belleza incomparable… pero tiene un lado oscuro y frío… es la cara que no muestra.
La luna iguala el tiempo de traslación en derredor de la Tierra con el tiempo de rotación de la Tierra sobre su eje. Nunca vemos su lado oscuro… pero lo tiene.

Mis músculos empiezan a sentir entumecimiento, tetánia… pero lucho por sostenerme.
En la oscuridad, dentro del bosque hay un par de ojos. Tienen un brillo amarillo.
¡ki… ki… ki!
Levanta el vuelo y viene hacia mí. Una silueta negra y tenebrosa se acerca rápida y silenciosamente.
Aterriza delante de mi rostro… ¡ki… ki… ki! Muestra sus colmillos. Es un murciélago desproporcionado. Se acerca más y más con sus alas abiertas. Siento el hedor que emana de su boca. Tiene sus ojos fijos en los míos.
Si intentara defenderme… caería.
Está muy cerca… ¡va a morderme!
Una voz de mujer - ¡Déjalo!... Ahora no.

Yo- ¿Qué?... ¿Quién habló?

El murciélago me mira con odio… pero obedece. Levanta el vuelo y se pierde en la oscuridad del bosque.
Busco con la mirada a la dueña de esa voz.

La mujer otra vez - ¡Te quiero… no lo dudes!
Creo reconocer esa voz y mi corazón empieza a latir con fuerza… la voz viene de la misma luna.

Yo – ¡Te amo luna!... sabes que es así.
La luna – Suelta una mano y… acaríciame.

Suelto mi mano izquierda y extiendo el brazo… mas no la alcanzo.

La luna - ¡Acaríciame… por favor!

Giro mi torso lo más que puedo y con mi brazo extendido busco su rostro…

La luna - ¡Acércate solo un poco y podrás tocarme… solo otro poco…!
- No dejes de mirarme… soy tuya.

De pronto un enjambre de estrellitas salen del bosque y parece que vienen hacia mí.
Son unas luciérnagas muy bonitas. Revolotean encendiendo y apagando sus lucecitas. Ahora van aterrizando una al lado de la otra sobre mi brazo derecho.
Son muy lindas y encienden y apagan sus lucecitas todas al mismo tiempo… ¡Un momento!
Llevan la misma cadencia de encendido y apagado… esto no es casual. Repiten la secuencia…


///.--./ ---/ .-.// ..-./ .-/ …-/ ---/ -.-// -./ ---// .-.. /. //

-.-./.-././.-/…//

.-././…/../…/-/.//…/..-// …././-.-./…./../--../---

-/..-// .--./..-/./-.././…// …/.-/.-../../ .-.// -.././.-..// .-/-…/../…/

--/---///

¡Es código Morse!

El mensaje dice: "Por favor no le creas. Resiste el hechizo. Tú puedes salir del abismo."

En ese momento me doy cuenta que estoy a punto de caer.
Me aferro con todas mis fuerzas al borde del acantilado… las piedras empiezan a aflojarse y el borde a desmoronarse… me desespero.

La luna - ¡Vamos atácalo… atácalo!

Desde la oscuridad del bosque vuelven a brillar aquellos ojos amarillos.
¡Ki… Ki… Ki!
Las luciérnagas vuelan hacia el bosque…

Yo - ¡Sálvense “lucecitas” o él las comerá!
Los ojos amarillos ya vuelan hacia mí y nuevamente aterriza cerca de mi cara.
¡Ki… Ki… Ki…!
Me contempla. Hay mucho odio en su mirada. Se acerca lentamente… está agitado.
Ya siento otra vez su repulsivo aliento…

Yo - ¡Acércate más… será lo último que hagas!
El no quiere un enfrentamiento directo… retrocede… levanta el vuelo… va hacia el abismo.

Se acerca por detrás y aterriza sobre mi espalda e intenta hacerme caer… la luna se torna roja y ejerce su magnetismo… ya no resisto.
Miro la luna y le pregunto… ¿Por qué… Por qué?
El borde termina de desmoronarse ya no tengo salvación…

Una fuerza “poderosa” me agarra y me hala. No deja que me caiga… es un “lobo”.
Las “lucecitas” fueron a buscarlo.
Gruñe con fiereza mientras me arrastra.
Con sus poderosas mandíbulas me ayuda a salir.
Estoy agotado… me alejo del abismo solo unos metros y caigo. Levanto la vista y allí está él… jadeando tras el esfuerzo.

Yo - ¿Sabes? … yo te conozco a ti noble lobo… tu nombre es “Juez”.

Se interna en el bosque…

¡Auuuuuuuuuuuuuu!

Me despierto sobresaltado… miro a mi alrededor y sobre aquella colina… la silueta de un lobo contra la luna…

También hay luciérnagas… siento un chisporroteo. Son chispas de la fogata.
Tengo frío así que saco la bolsa de dormir.
Me acuesto y miro hacia la colina, ya no está el lobo.
Tan solo la luna que muy hermosa… lucia.