Magia y realidad de amor verdadero.

Con tu sonrisa imprevista, ciegas mi mente y aunque lo intento, mis ojos te vuelven a mirar sin disimular. Es que casi es imposible no mirarte cuando sonries despreocupado pues tu interior bello y puro se proyecta cual canto de ruiseñor, inundando todo lo que te rodea.
No sé que rayos utilizó el hechicero del amor cuando te puso en mi camino, ni las palabras del sortilegio cegador, pues al mirarte, cual adversario caí vencida, derribando todos mis sueños, con tu efimera presencia, hasta cuando duermo, el sopor en el que me transportas me hace olvidar todo y ya nada recuerdo que no sea tu inicial presencia de niño- hombre, travieso y mundano.

Pequeño principe de mis sueños y fantasías de casi aprendiz de amante, casi sin conocerte para mi fue como se convertida en astrónoma hubiese encontrado una mítica estrella fugaz en el universo, aquella de las que uno tiene la firme convicción que es diferente y que se hace propia, pues el destino la acercó a una ruta común , sin dudarlo se descubre en él la la verdad anhelada de una visión cegadora.

La memoria cada noche me traiciona y borra todo recuerdo vano, arrancando desde lo más profundo de mi interior tu imagen asesorada bajo siete llaves y expande ante mis ojos meditabundos perdidos en el recuerdo de tu ausente presencia que impostergablemente se apodera de mi, de todo lo que deseo vivir, todo lo eres tú en el instante, los sueños, los deseos la vida toda...

Una pregunta que me repito mil veces y la repuesta es siempre la misma ¡ no puedo dejar de hacerlo ! así de simple, aunque me niegue,serás siempre algo tan fuerte para mí que todo lo que hago y en todas partes a donde voy, seguirás arrimándote a la vuelta de un árbol, o simplemente en cada boton en flor que se asoma en esta ya sutil primavera.

En cada lugar despierta o en sueños, mis pensamientos son para ti. mi torpe mano agiliza su caligrafía en estas letras garabateadas a la mayor velocidad que puedas imaginar, pues emanan de los impulsos alterados de mi interior cada vez que te escribo.

La ironía del destino es guardado por el querubin travieso que juega con nuestros sentimientos y emociones, no deja de revolotear, arremolinándolos cada vez más.

De pronto solo quiero dirigir mi rostro frente a frente hacia la luna nacarda de paz y luz, para absorverla mientras me duermo,más al cerrar mis ojos tu aroma fantasmal acerca a mi mente la visión cautivante de tu sonrisa fresca que acelera nuevamente mis latidos, desbordando una noche más mis ansias de escribir cada noche que transcurre en estos días de sencibilidad.

Tu sonrisa invisible asalta mi mente, no la logro ver pero la presiento, aquella sonrisa cómplice, sutil y sincera de todo hombre al sentirse halagado.
No la veo, es cierto, pero mis ojos ya no necesitan encontrarte, pues en estas alturas estas tan dentro de mí, que aunque disfrazaras tu rostro bajo el mascarón de diablillo de la tirana y te escondieras a los pies de un mítico fantanaal de oro, en un inalcanzable arcoiris, aún seguirás en mis pupilas y te encontraría sin tener que recorrer más que mis sueños fundidos a un rincón de mi corazón.

Tu sonrisa mágica es culpable de toda esta aglomeración de sentimientos, , pues si no demostrases tanta bondad espiritual y alma transparente no me haría pensar en la pasión retenida que puedas demostrar, aquella que te hace desfallecer en el ademán de un beso en la intimidad.

Eres definitivamente una enredadera que comenzó con una pequeña semilla de fugaz pasión y que cerró sus pétalos atrápando un corazón.

Triste quedo, si es que puedo sentir algo sin corazón, más el tiempo pasa y hace aumentar los sentimientos, Te Amo es sierto y aun así, TE VAS.


Cada palabra te pertenece,cada estrofa es tuya. Todo este escrito empezó cuando nos encontramos y empezó a formarse la historia de amor perfecta y maravillosa, cada día junto a ti a sido único y especial.

Con todo este amor que crece día a día desde lo más profundo de mi corazón te dedico esta pequeña historia, a tí, niño travieso.

Dedicada al amor de mi vida, Jorge A. Espinoza C.