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Categoría: Ciencia Ficción

La conquista del Espacio cap4

Estación Colon II. Nueva Tierra, 20 de enero de 2.122

 

Frank desde un principio no estaba de acuerdo con la decisión de Arhold de realizar el lanzamiento desde la tierra, decía que podía llegar a ser peligroso, el temor  por la probabilidad de que hubiese un estallido nuclear debido a un fallo era patente. Era de sabiduría popular que los humanos ya habían conquistado nuestro sistema solar con dos estaciones espaciales internacionales, una en la Luna y otra en Marte, se sabía de su existencia pero poco más. Arhold, a través de Josef había adquirido información privilegiada sobre estas estas estaciones y los experimentos que se realizaban en estos planetas. La mayoría eran armamentísticos, pero también había cabida para los experimentos físicos y de investigación de nuevos materiales, crecimientos de plantas, colonias humanas y otros de mucho más alto secreto. Pero las estaciones de lanzamiento que existían allí eran lo justo y necesario para mandar una nave de vuelta a la tierra, no eran suficiente para lo que ellos necesitaban. Además, para Arhold, construir una nueva estación de lanzamiento en uno de estos planetas sería mucho más costoso y llamativo que hacerlo a unos kilómetros de la estación Colón. Sería más práctico, más secreto y más económico, para él no había la menor duda, además, con la tecnología que existía hoy  podrían acercarse mucho a las condiciones que cualquiera de estos planetas pudiese tener siendo la idea principal que los futuros lanzamientos se pudieran hacer desde cualquier planeta que tuviese una estación de lanzamiento con similitudes a la que iban a construir. Para Arhold, la estación de lanzamiento y control Colón, sería el patrón de las futuras generaciones de estaciones planetarias.

 

-El último año ha sido muy intenso- Dijo Arhold, visiblemente mucho más envejecido.-Espero que en la prueba del 21-F todo salga bien-

 

-No te preocupes señor. Llevo una semana revisando todos los puntos de incertidumbre y parecen resueltos- Habló Frank para calmar a su jefe-Debería de tomarse unas vacaciones e ir a ver a su familia, le echarán de menos-

 

-Sabias palabras Frank, me acuerdo mucho de Selle y de mis hijos, por supuesto. A pesar de que hablo todos los días con ella por teléfono, a la hora de dormir, ella debería ser lo primero y lo último que veo cada día, para mí es cómo observar el cuadro más bonito que se encontrase en la antigua pinacoteca del Prado. Sé que te lo digo mucho, y que últimamente andas muy ocupado, y eso no va a cambiar, pero el tiempo que te sobra aprovéchalo para encontrar a la mujer de tu vida.-Sentenció Arhold con la mirada perdida en el infinito.

 

Con un aspecto bastante desaliñado debido a las largas horas de trabajo comprobando datos, haciendo cálculos y diseñando las maquetas. Lo que intentaban conseguir requería todo su tiempo y podía ser que no lo llevaran a cabo nunca. Sabía que tenía más oportunidades, pero la del 21-F iba a ser el primer escalón de unas escaleras automáticas al cielo, un hito para la humanidad.

 

Residencia de los Zalla. Nueva Tierra. 26 de enero de 2.122

 

No se podía creer lo envejecido que se veía ante el gran espejo, que estaba justo a la entrada, con toda su familia a su lado. Sus hijos, que aún eran todos jóvenes, y su querida esposa, que parecía ser un ejemplo de la teoría de la relatividad, ella era la que había estado viajando por el espacio y él se había quedado en la tierra, envejeciendo con el paso del tiempo. Pero al ver lo sano que estaban sus hijos y que su amada Selle era una Diosa griega, a pesar de que algún día se cumpliese su pena de muerte, un pedazo de él quedaría reflejado en ellos.

 

La semana con su familia estuvo llena de buenos momentos. Sus hijos le recibieron con una alegría inusual en ellos y Selle parecía haber rejuvenecido veinte años, le recibió más hermosa que nunca. Hicieron el amor con la pasión de diecinueve años, conociéndose de nuevo.

 

Los siete días se le pasaron volando, cuando salió por la puerta se le encogió el alma y se le formó un nudo en la garganta, tuvo que reunir todas sus fuerzas para no llorar, no sabía si volvería a verlos. La prueba del 21-F podía ser un salto al estrellato ó, en el peor de los casos, a tres metros bajo tierra para toda la eternidad. Sin embargo no podía dejarlo, se había convertido en su obsesión, sabía de su posición privilegiada frente a la historia.

Estación Colón II. Nueva Tierra. 21 de febrero de 2.122

 

 

La hora de dar el primer paso había llegado, estaban todos presentes, Arhold a la cabeza de todos ellos. Estaban en una sala gigantesca, en un extremo estaba el artefacto. Era una espira de veinte metros de radio unida a seis transformadores de gran potencia. El concepto básico estaba basado en campos magnéticos. Con la espira se crearía un campo magnético positivo que impactaría a su vez con otro campo positivo del tamaño de una pelota de tenis, la nave espacial. Esta, era una esfera algo ovalada y de superficie totalmente lisa. Tenía ventanas de cristal que surcaban la nave. En su interior contenía una micro-cámara de alta definición, tendrían que observar que hay ahí fuera. Le habían añadido nano-reactores nucleares en su base, en la parte trasera y delantera, su función era poder evitar cualquier obstáculo en el planeta a explorar además de hacerle conseguir una velocidad cien veces superior a la del sonido. Primero se iban a centrar en la salida, la vuelta la estudiarían con esta nave. Los reactores delanteros servían para frenarla en el espacio antes de introducirse en un planeta. Llevaba consigo un laboratorio, si el ensayo era positivo no iban a desaprovechar tanto trabajo. La nave sería lanzada al espacio, era imposible frenarla en la tierra. A esa velocidad atravesaría cualquier cosa hasta encontrar algo lo suficientemente potente como para crear consecuencias nunca antes vistas, no se sabía que alcance podrían tener, pero no querían comprobarlo. Además, era mejor tener un “amigo” en el espacio que fuese previniendo que cosas habían hecho mal y que tendrían que mejorar. Pero que llegase a ponerse en funcionamiento sería un milagro obra de unos pocos seres humanos, había podido ser cualquiera a lo largo de la historia y se lo habían regalado a ellos....

continuará..

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