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Érase una vez una niña llamada Melisa. Melisa era muy buena con sus compañeros y compañeras de su clase. Era generosa, graciosa, traviesa … Pero la mejor amiga de Melisa era Paula. Paula siempre estaba al lado de Melisa, siempre le decía la verdad. Una vez, Melisa cambió, pasó a ser egoísta y maleducada. Pero Paula le dijo: Melisa, ¿qué te pasa?. Melisa le respondió: no lo voy a decir. Lo siento Paula. Un día, Melisa reaccionó: ¿por qué me abré enfadado con mi mejor amiga? ¿Por qué he pasado de ser una niña educada? Al día siguiente, Melisa se enteró de que su mejor amiga, Paula, se había ido de la ciudad. Melisa estuvo muchos días llorando por su mejor amiga y preguntándose: ¿por qué no he tratado bien a mi mejor amiga? Un día, Melisa fue en busca de Paula. Después de irse de su casa sin haber dicho nada a sus padres, recorrió muchos kilómetros en busca de su amiga Paula. Melisa llegó a un pequeño pueblo llamado Mozo, era como un pueblo pequeño y grande a la vez. Había una patelería muy conocida en el mundo llamada Pastel de Amor. Melisa le preguntó al pastelero: ¿usted conoce a una niña llamada Paula Navarro Quintana? El pastelero contestó: ¡Claro que sí! Vive justo a la vuelta de la esquina. Melisa le dijo: gracias señor. Melisa tocó la puerta y dijo: ¿Paula,estas ahí? De repente, se abre la puerta y… ¡Encontró a Paula! Y fueron muy amigas durante mucho tiempo.