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Soy una persona que gusta mucho de admirar la naturaleza, las actividades al aire libre y los bellos paisajes, no recuerdo uno más hermoso que El Espinazo del Diablo en Durango, puedes ver las cañadas desde tu auto mientras cruzas una hermosa sierra con algo de niebla y brisa.
Acampé con unos amigos, esperábamos hacer algo de caminata y rapel, algunos compañeros de trabajo nos habían recomendado el lugar, atendido por un señor de más de 60, su esposa y sus 3 hijos, personas muy amables y simpáticas. No hay instalaciones de alto nivel, pero si es un lugar tranquilo donde poner nuestras casas de campaña y pasar todo el día fuera explorando.
Había ahí también otro habitante un estadounidense exmarine que entre dos grandes rocas coloco un techo y pasaba ahí largas temporadas, el primer día nos ayudo a instalarnos, nos dio tips sobre el lugar y comimos con él víbora recién atrapada.
La noche nos llegó pronto, no teníamos intensión de desvelarnos aunque disfrutábamos la vista, el cielo despejado, tan estrellado, el aroma a fresco, y el ruido de pequeñas corrientes de agua entre las rocas. Entramos en nuestras casas de campaña, no teníamos mucho tiempo durmiendo cuando un fuerte viento al chocar con nuestro refugio nos impedía conciliar el sueño. Por fortuna duró solo unos minutos. Muy de mañana después de desayunar nuestro guía nos llevó a una caminata por los alrededores para que pudiéramos escoger los mejores lugares para nuestra actividad, habiéndolos marcado en el mapa y disfrutado de la vista regresamos a nuestra casa temporal, es sorprendente como se pasa el tiempo tan rápido, para esto ya eran más de las 2 de la tarde, el “gringo” nos invito a comer de nuevo y pasamos un buen rato.
Por la noche, la misma historia a dormir temprano y el vientoimprovisado movió nuestras casas, sacó las estacas de una de ellas y rodamos unos metros, después de reírnos un poco salimos para ponerla de nuevo en su lugar, entre los arboles pudimos ver una sombra que se desplazaba muy lento, no pudimos notar con claridad, ni le prestamos mucha importancia, pues era demasiado grande, tal vez era un árbol mas.
La tercera noche, junto con el viento venia el llanto de una cabra, la escuchábamos a lo lejos, de pronto más cerca, un grito, un golpe seco y el silencio total, salimos a ver de qué se trataba y el pobre animal estaba desecho estrellado en un árbol frente a nosotros, la sangre escurría por el árbol y sus vísceras caían a pedazos, como si algo lo hubiera aventado con fuerza a propósito.
Entonces se nos fue la tranquilidad, hicimos guardias en grupos de dos, junto al fuego, y en la segunda guardia se escucho a lo lejos como unaleteo, pero esperábamos que no fuese así, pues con el ruido de esa magnitud el animal que lo hacía debía ser grandísimo, se acercaba mas y mas, pero no podíamos ver nada, al parecer nos rodeaba, los arboles empezaron a mecerse, la tierra a levantarse y entonces algo se paró encima de nuestro auto, se quedo ahí quieto, las garras rompieron el metal y su peso aplasto el capacete a nivel de los asientos, nos quedamos inmóviles observándolo, el traía otra cabra en el pico, muerta ya, no lloraba ni se retorcía, lo tomó entre sus garras, y empezó a comer, desmembrándolo con una rapidez que hacía ver que tenía mucha experiencia.
Quisimos acercarnos con lentitud pero fuimos demasiado torpes, con el más pequeño sonido el animal alado volteo su cara hacia nosotros, emitió un sonido entre graznido y grito, extendió sus alas alcanzando una envergadura de 8 a 10 metros, voló hacia nosotros, nos tiramos al suelo y nos pasó por encima, destruyó nuestro campamento en un instante. Sin poder usar el auto para irnos de ahí fuimos a la casa de nuestros guías, les contamos lo sucedido, pero no les causo sorpresa, por el contrario los sorprendidos fuimos nosotros cuando nos dijeron que era un “pajarote” que a veces venia a comer por aquí, que se robaba cabras de los ranchos o a veces ellos le dejaban algunos pedazos de carne.
Afortunadamente a nadie nos causo daño, solo fue el susto, y la experiencia de que en este mundo hay muchas cosas que aun no conocemos.
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