Fue quedándose dormida de a poco,sólo cerró sus ojos y dejó que el sueño la dominara.
Se vio en aquella playa,aquel verano,cuando aún joven,caminaba bajo ese sol tan pleno que la hacía sentirse viva.
Su mano apretada a la de aquel hombre que la supo conquistar con su ternura.
Que supo hacerla mujer,sentirse amada,necesitada.
Eran jóvenes,ella sabía que él se había enamorado entrañablemente de ella,y le correspondía.
Sus paseos bajo el sol eran diarios.Desayunaban temprano y partían a vivir a pleno el día.Caminaban abrazados por la arena caliente,el sol a esa hora no los quemaba,pero sus manos iban tan apretadas,que sentían que se fundían.
También en sus sueños,recordó aquel día que se amaron en un lugar solitario que solo ellos conocían.
Todo era felicidad,eran demasiado jóvenes para medir consecuencias de ese amor tan grande que inundaba sus días.
Se amaban,enloquecidos de tenerse,sus cuerpos eran uno cada vez que hacían el amor.
Ella había decidido que vivirían en esa casita con vista al mar.
El sólo aceptó,la amaba.
En ella soñaron día y noche,así pasaron los años.
Unidos por un amor intenso que los hacía crecer más y más.
Un día él partió.La dejó sumida en un dolor que no supo superar.
Se internó en un mundo de lágrimas al principio,luego en un silencio que sólo escuchaba el ruido del mar.Ese mar que le recordaba sus caminatas,su amor a la luz del día en la playa.
Todo fue para ella un final inesperado,doloroso.
Asì fueron pasando los años,él no regresó.
Aún lo espera,a pesar que la vida pasó,ella lo espera en esa casa,hoy fría,silenciosa.
Lo sueña,lo imagina hoy un hombre maduro,y cree verlo llegar caminando por la arena caliente.
Despierta de golpe,creyó oír pasos.Pero dolorosamente se levanta y comprueba que es su corazón que le anuncia que el nuevo día ha llegado,y que su soledad continúa.Pero ella aún lo espera...
Porque los años pasaron,pero su amor sigue intacto.