Angelina la Lavandera:

Como un recuerdo a las lavanderas de mi pueblo, este cuento les traerá recuerdos de estas humildes mujeres que se dedicaban a lavar la ropa de los llamados "blanquitos" del pueblo.

De esta que les voy a contar hoy, guardo recuerdos muy gratos. Su nombre era Angelina; vivía en una casita cerca de mi casa, todas las tardes después que todos habíamos terminado de cenar llegaba a mi casa y luego de saludar se dirigía a la cocina y comenzaba a lavar todos los platos y calderos. Muchas veces mi madre le quería pagar por su trabajo pero ella nunca aceptó nada" No, Doña Marce, si lo hago con mucho cariño, sólo dejeme llevarme algo para los nenes". Cuando ella llegaba a la casa todas las tardes Marce, mi madre santa le tenía su paquetito hecho con comida para su hijos.....Recuerdo a Angelita como si fuera hoy; era una mujer buena, trabajadora, nunca le pidió nada a nadie, si le daban algo para ella o para su familia, siempre regresaba con algo para regalarlo en prueba de su agradecimiento. Muchas fueron las veces que la escuché decir: "Yo nunca me voy a quedar da'

Angelina fue una mujer muy buena, aceptó la vida que Dios le había dado, nunca le oímos quejarse de lo dura que la vida había sido para ella, cargaba su cruz con mucho cariño y respeto. Una vez estando haciendo mis asignaciones escolares, llegó Angelita y preguntó a mi Madre si podía hablar con ella en privado. Me estuvo raro pues siempre habló con confianza delante de mí, algo le pasaba, algo malo pensé. Pasó un buen rato y aunque trataba de oir lo que decían no podía, sólo el llanto de Angelita se oía.
Nunca en mí corta vida había escuchado a nadie llorar de esa manera. ¿Qué le pasará? me preguntaba, pero ellas seguían en el cuarto encerradas. De pronto se abrió la puerta salió mi madre y me dijo que fuera a buscar a mi hermana al trabajo. ¿Qué esta pasando? le pregunte, sssh, sssh, ve y busca a tu hermana. Fuí corriendo hasta la corte donde mi hermana mayor trabajaba como juez de paz y le dije lo que pasaba, mi hermana dejó todo y caminó conmigo hasta la casa, entró en el cuarto y allí estuvieron por más de una hora.

Por fin salieron del cuarto, pero dejaron a Angelina dentro. Desde afuera la podía ver, todavía lloraba y sollozaba. ¿Qué le pasará? no tenía la menor idea de lo que estaba pasando con aquella humilde mujer.
Mientras todo esto pasaba mi hermana escribía algo en un papel y cuando terminó me dijo que lo llevara al policía Pabón. Fuí corriendp a llevarle la nota a Pabón. En camino me dieron unas ganas inmensas de leer la nota, pero no me atreví a hacerlo sabía que no era apropiado. El policía al leer la nota me preguntó: ¿dónde estaba tu hermana", le dije en la casa, entonces nos dirigimos a mi casa.
Pabón el policía sacó una libretita del bolsillo de su camisa y comenzó a escribir, hizo mas preguntas y continuo escribiendo hasta que casí llenó su libreta.
Todabia no sabía lo que estaba pasando. Finalmente escuché a mi hermana decir que eso era ultraje. Pero ultraje, ¿a quién? No podía entender lo que estaba pasando. Luego el guardia dijo algo como: "apesta a fiscal" o algo parecido. ¿Que demonios estaba pasando? ¿Por qué no me podían decir qué pasaba?

Mi hermana al fin comenzó a darle instrucciones al policía, pero éste le decía: "Mire, Doña Marcelina usted sabe que Luitín es hijo de Don Luitón y aquí tienen mucha fuerza, ademas Angelita si se le dan unos chavitos se calla la boca" Mi hermana no podía creer lo que aquel policía decía.
Me dí cuenta de lo que había pasado, Luitin en hijo del más dinero que tenía en el pueblo se había "comido" la hijita de Angelita, y no era la primera muchachita que él se había "comido", habían otras más, pero a ese, como era hijo de Don Luitón era intocable.

Semanas pasaron y nada sucedió, ¿Dónde estaba la justicia para el pobre? ¿A quién esta señora podía ir a quejarse? Todas estas preguntas daban vueltas en mi mente. Entonces vino a mi memoria una palabras que mi abuelo decía: "Dios en el cielo y el dinero en la tierra". El dinero había triunfado frente a la justicia.....Nunca olvidaré a Angelita ni tampoco a su hija...Jamás volví a ver a la hija de Angelita, decían que la habían mandado
para Nueva York o algún otro sitio.
Dinero, Maldito Dinero, comprador de conciencias, comprador del dolor humano.